lunes, 15 de abril de 2019

Eso no es poesía

Tenemos cosas dentro del pecho que tienen que salir. Sí, es verdad que no todas las personas permiten que salgan las palabras que intentan describir nuestros sentimientos o emociones. Por otro lado, hay quienes lo hacen y no se sienten satisfechos con el resultado -como si los estados fenoménicos fueran reales y esto fuera un argumento a su favor. En este último conjunto, también se encuentran quienes escriben sus pensamientos y no tienen reparos en llamar a esas líneas "poesía". No todo lloriqueo, creencia, descripción o pensar es poesía. 
  Aquí es donde se me exige argumentar mi última oración del párrafo anterior. O al menos donde se supone -porque así lo dictaría el canon- que debería justificar tales palabras. Pero no, desde ahora puedes detenerte a leer esto, porque no habrá ninguna justificación, no leerás premisas ni conclusión. No voy a decir que podemos tener un tesis fuerte o débil de lo que entenderíamos por "poesía". 
  Si quitáramos los nombres de los escritores de sus obras, ¿juzgaríamos diferente el resultado de sus líneas? Sí. Basta sólo escuchar un apellido o nombre famoso, y de antemano pensamos que nos va a gustar o que por fin leeremos algo bueno. Esto es falso. ¿Por qué tener en el pedestal a los nombres? Claro, habrá nombres paradigmáticos. Pasa como en el futbol (de antemano, dicen "futbol" y los puristas se asustan), podemos discutir quién es un buen delantero y qué características debe tener, ¿quién es mejor, Pelé o Maradona? ¿Messi o Cristiano Ronaldo? Quizá sea difícil, pero sabemos que en realidad hay un Pelé o un Messi. 
  Lo que tú escribes no es poesía. Cuando yo jugaba no era un Messi. Jugué para divertirme, porque podía y porque me gustaba hacer tonterías en un campo. Tú te convences de que esas líneas son una obra de arte. No, sólo tienes cosas en la cabeza -como todos- y escribes -como todos. En realidad no hay nada especial en tus palabras: como tampoco había nada especial en mi juego -a pesar de que varias veces hice ganar a mis equipos y arrancaba sonrisas con mis tonterías. Es doloroso ver pensar a algunas personas. También es doloroso saber que alguien vive engañado. Una pluma puede ser inútil para alguien y esto no tiene porqué asustarnos. Un balón puede ser inútil en mis pies, y no hay temor ahí. 
Consuelo: la gente gritó mis goles -o la gente se enojó con mis líneas. 
Segundo consuelo: tus líneas tienen un tinte terapéutico. Aprovecha.


M. Téllez.