Las derrotas pueden ser descritas, narradas de manera excepcional, pero la experiencia siempre pasará encima.
Sin embargo, la experiencia no existe por sí misma: la almacenamos.
¿Sabes qué podemos hacer con la experiencia? Desecharla. No es tarea fácil, pero sí posible.
¿Sabes qué más podemos hacer con la experiencia? Suponerla e imaginarla en un futuro.
Quiero suponer experiencias que te involucren. Es un pensamiento atrevido, viniendo de alguien que opta más por desechar experiencias que por almacenarlas y tenerlas en buenos recuerdos o como experiencias buenas: da igual si son buenas o malas, directo al spam de la memoria, donde luego de algunos días son borradas definitivamente.
También es un pensamiento atrevido porque si bien las experiencias pasadas no dejan rastros en mi sistema, sí que hay alertas de archivos similares que dañan al mismo. Sin embargo, la duda, y porque quiero, de que impliques peligros potenciales similares, aunque pueda aparecer, no la tomaré en serio.
No se trata de apoyar el lema genérico que reza "si no arriesgas no ganas". Se trata al menos de dos cosas: 1) ¿ya qué queda por perder? y 2) ¿qué significa realmente "ganar"?.
¿Sabes qué más podemos hacer con la experiencia? Adelantar el tiempo y averiguar si pensamos o nos abandonamos.
M. Téllez.
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