sábado, 12 de abril de 2014

Algunos devotos'

Algunos devotos

Este tema ya es sabido por muchos, conocido por más. Se trata de esas persona que, como dice una canción chilena: "predican y no practican". Antes de comenzar la crítica a esas personas, aquí no importa si la religión es 'buena' o 'mala', si Dios existe o no, si tiene sentido tener imágenes de algún santo, ir a misa, etc. Esto no tendría por qué importar, pero en ciertos momentos se vuelve relevante, no trataremos esos momentos relevantes aquí. Dicho lo anterior, comienzo.
  Ya es más que común ver en FB que algunas personas comparten imágenes religiosas -y no exactamente las que son de humor-, tomándose en serio lo que dice. Es la religión que practican. Ahora bien, una religión, así como -creo, o eso defendería- una postura filosófica, es una forma de vida. Hay muchos matices, que no alcanzarían en un pequeño escrito como éste para ser abarcados, así que sólo diré que, claro que hay diferencia entre las posturas filosóficos y la religión, la religión puede ser más abarcadora. Es decir, la religión me puede establecer diez reglas que no debo violar en ningún momento, la postura filosófica me ha convencido porque creo que tiene razones, pero igual puedo dudar y no hay consecuencias, en la religión dudar es posible, pero llegará un punto en donde habrá un dogma. Pero, el punto que quiero tocar brevemente es que la religión abarca más, pues hay religiones que no sólo te dicen diez reglas de vida, sino que te pueden decir de qué color debes vestir según tu año de nacimiento, en qué fase está la luna, si 'x' y 'z' planetan están alineados qué cosas debes hacer para obtener éxito -lo que quiera decir éxito-, etc. Abarca más la religión, algunas religiones. El punto es que, al tratarse de algo que rige más aspectos de la vida, hay que seguirlos. Pero, no todos siguen esas reglas, y no pensemos ya en la ropa que debo hacer. Pensemos en los diez mandamientos, que son básicos. Hay gente que comparte imágenes de Jesús de Nazareth - en quien estoy pensando es en los católicos, los del D.F., los que conozco,sean padres de amigos, sean vecinos, sean familiares, etc- y parece que se les olvidan esas diez reglitas. ¿Por qué digo esto? Porque hay quienes afirman -en FB- de una manera espléndida, brillante, y con una seguridad gigantesca que ellos son fieles a esas ideas, es decir, que no hay que robar, no levantar falso testimonio, que hay que ayudar el caído, que las cosas nos ocurren por Gracia de Dios, etc. Es el caso que no ocurre así. Son devotos, y ahora que viene la Semana Santa, se van de vacaciones, cuando -se supone- son 'días de guardar'. Son devotos y en su juventud negaron a su madre, y ahora muy seguros de sí, predican que no hay que negar a los padres, que hay que respetarlos, valorarlos, amarlos. Se sienten muy fieles y dadores' de amor, al grado de alcahuetear' a otras personas -que también se piensan como devotas-, cuando éstas personas han robado y levantado falso testimonio. Aceptan los lloriqueos de esas personas alcahueteadas, y las piensan como inocentes. Es cierto que en el catolicismo hay que perdonar -yo no estoy muy de acuerdo con eso en algunos casos-, pero igual es cierto que hay que arrepentirse de los pecados, ¿por qué esos delicuentes no son capaces de alzar la cara y decirle a quien le robaron: 'perdón, soy un asco, te robé y me siento mierda, sé que no merezco ya de tu amistad, pero de corazón lo lamento, cometí un error'? Son cobardes. Tuvieron la ceguera de creer que sus acciones en un momento eran buenas por las consecuencias que podían traer, y quizás como ayudaban a esa persona a la que cometieron el robo, se pensaron con la legitimidad de robar. Ya te ayudé, ahora yo voy cobrando lo que pienso como 'justo'. Así son algunos de éstos fieles devotos, así conozco a una familia entera, padre, madre e hijo. Los tres igual de delincuentes, mentirosos y cobardes. Aunque, no sé si en igualdad sean delincuentes, quizás la que se lleva el primer lugar en tanto que delincuente y mentirosa, es la madre, luego sigue el hijo, y al final el padre. En tanto que cobardes, creo que los lugares son los mismos... Qué decepción de personas son, no sólo ellos, sino los que actúan de manera similar. Muchos enzalsan el amor de una madre, y te topas con una madre de éstas. Y ahora que menciono sobre las madres, se coló en mi mente una frase -traducida- de una película de esta saga famosa de HP, que dice algo como "Si algo tiene mal la perra, algo tienen mal los cachorritos". Parece que aquí -en las personas que pienso- ocurre así. Quizás no de nacimiento, pero sí con el paso de los años, ese interior podrido de la madre, lleno de interés, codicia y mentira, se lo enseñó a su hijo, o bien, él lo aprendió. No importa.
  Parece que he terminado mis últimos escritos diciendo cosas como 'sé que esto seguirá ocurriendo...'. Y éste escrito no será la excepción. Pues, la gente mentirosa seguirá existiendo, los interesados también, de los cobardes ni se diga. Que ahora que menciono cobardes, pensé en una crítica que se me puede hacer 'si tú no eres cobarde, ¿por qué no dices los nombres de quienes estás pensando?' Lo cual, me parecería una crítica ridícula. No se ocupa -para ser 'valiente'- decir los nombres de las personas en las que piensas -y que en cierta medida va dirigido tu escrito-. En todo caso, se los diría en su cara, aquí, en una página de internet, es muy ridículo. La crítica es ridícula. Sería alegar sin un sentido muy razonable. Como sea, pensé en eso. Regresando a la conclusión, sólo queda corregir a esas personas, si es que se puede, y si no, mostrar rechazo hacia ellas. Los sentimientos morales juegan un papel importante en las relaciones sociales, y hoy día se están perdiendo. Hoy, si alguien hace algo que la mayoría considera incorrecto, solamente se indigna por su dentro, se pregunta, quizás, ¿por que son así? Y es todo. Hay que dar la espalda. Hay que ignorar a esas personas. Que se sepan alejadas de nosotros, como si no pertenecieran a nuestro conjunto razonable -no pertenecen-, que se sientan excluidas. La ley del hielo, le dicen los niños. Eso funciona, las personas -y más hoy día- no pueden estar consigo mismas, por eso hay tanta adicción al internet. Y aunque no hubiese internet, es complicado estar solo. Incluso quienes nos dedicamos a escribir, y a la Filosofía, las Artes, etc., ocupamos -al menos hablo por mi experiencia y por casos que conozco- hablar -en ocasiones- con otro tipo de gente que no está en la misma ocupación. Es cierto que estar solo te ayuda a muchas cosas, pero quizás ahí se distingue una persona sabia de alguien que sólo sabe cosas, hay que estar inmerso en la situación sin estar inmerso. En fin, comencé a hablar de otras cosas.
  Supongo que Dios -si esas personas se arrepienten- los perdonará. Aunque si es común oír que Dios 'castiga' -vaya idea de un Dios que es Bueno-, pues debería castigarlos un buen rato. Si pudiera sugerirle a Dios, le diría que el castigo fuera proporcional a la necedad de esas personas relacionada con el tiempo con el que fueron necios. Él todo lo puede, así que le será fácil medir la necedad, y el tiempo de la necedad, pues es más sencillo, creo.

M. Téllez.

Violencia-miedo

Violencia-miedo

Vivimos en una sociedad. Somos millones de personas. Cada uno de nosotros, es un núcleo social. Nos preocupamos por algunas personas ya que nos es imposible preocuparnos por todas las de fuera. Conocemos a un porcentaje muy bajo de humanos, estamos al pendiente de algunos de estos. Recordamos algunos rostros más que otros. Vemos personas que llevan prisa y empujan a los demás. Nosotros mismos algunas veces tenemos prisa y lo que importa es arribar a tiempo.
Caminamos rápido, siempre evitando ver a otros a los ojos y si por algún motivo nos toca la mala suerte de que nuestra mirada se cruce con otra, desviamos la mirada pronto, no vaya a ser que el otro nos vaya a hacer algo. Es que ahora vivimos con miedo a que la otra persona nos haga algo. Tenemos miedo de mirar siquiera de reojo alguna situación porque es probable que nosotros salgamos también perjudicados. Personas que chocan en la calle y uno de los involucrados baja rápidamente para golpear al otro sin siquiera buscar el diálogo para llegar a acuerdos. La otra persona, la agredida, sin saber qué hacer o cómo reaccionar. Nunca nadie imagina cómo reaccionará el otro, pero definitivamente, se espera que no sea violentamente.
¿Estamos ya desensibilizados ante tales situaciones o el miedo a ser atacados es más grande que nuestra posibilidad de actuar? Al principio pensaba que era un fenómeno de desensibilización de las masas, ahora comprendo que muchas personas sufren o sufrimos este fenómeno pero siempre en menor o mayor grado.  También veo que el miedo está cada vez más presente en nuestro modo de vida. Subimos al microbús con miedo: nos piden dinero y damos un peso o dos a aquellos que no tienen una tarifa establecida, algunos otros piden de diez pesos para arriba y otros muchos piden que los pasajeros abran sus monederos o carteras para tomar ellos mismos el dinero que convenga. Esto en el mejor de los panoramas. Otros que no corren con la misma suerte, son intimidados con pistolas, gritos o golpes. Si uno se “hace el valiente” seguro no llega a casa. Se tiene miedo de resistirse al asalto porque no sabes qué te hará el asaltante, para el que no se es más que un objeto dispuesto para que se satisfagan sus necesidades económicas.
En el metro, algo similar pasa: si no te empujan a las vías, te bolsean  y te sacan el celular o te dan “arrimones” porque, claro, las mujeres queremos que se nos peguen esos galanes que viajan en el vagón.  Si llevas falda o short, eres blanco de miradas que en ocasiones hasta dan asco, de “piropos” que no halagarían ni a un muerto o de roces de otros.  Si no ocurre todo esto, tal vez alguien en el vagón se incomode porque al frenar bruscamente el metro, caíste sobre él y se le ocurra agarrarte a golpes o decirte hasta de lo que te vas a morir. Soportar que suban personas “moneándose” y haciendo destrozos en el vagón sin que la policía haga algo para proteger a los demás pasajeros. Se tiene miedo hasta de los que “nos cuidan”. Creo que hasta ellos mismos tienen miedo de sí mismos…

Llegamos a casa y a veces, hasta los familiares son violentos. Sucede que alguien llega de malas y comienza a gritar a los demás o el marido llega cansado y fastidiado y golpea a quien se ponga enfrente. Y siempre el miedo de decir que no. El miedo que nos supera. El miedo de no saber cómo romper con este efecto dominó que nos alcanza inevitablemente a todos. Me pregunto: ¿Y dónde quedó la razón?

Ixchelt Hernández

domingo, 6 de abril de 2014

Violencia en los carnavales

Violencia en los carnavales
El texto anterior que publiqué trató sobre la violencia en los estadios de fútbol, o al menos esa fue la causa por la que decidí escribir esas líneas. Ahora le toca a una festividad que se celebra en el pueblo en donde habito. Esa fiesta es el carnaval, como el que se celebra en otros muchos lugares. Escribiré con la intención de hacer crítica a la gente que participa en los actos violentos y también haré una crítica a los directivos de una comparsa en especial.
  En el carnaval que se celebra en el pueblo donde vivo -Tlaltenco- hay varias comparsas. Las mencionaré: a) el Club, b)la Sociedad, c) Guadalupano, d) Guadalupana, e) Chupamaros y f) Barrio fuerte. Las primeras cinco comparsas es en donde el número de gente -que participa en el carnaval y de espectadores también- es grande. Diré brevemente que es una celebración que 'mi pueblo' celebra con mucha alegría. Hay muchas sonrisas en esos días. También hay peleas. Pienso que las peleas no se pueden justificar, aunque... tengo dudas aún sobre eso. Quizás luego hable de eso, o quizás en éste texto salga a colación algo de eso. Pero primero, narraré una de las causas por las cuales hay peleas en los carnavales. Existe rivalidad entre las comparsas, unas más fuertes que otras, unas dependiendo de lo ocurrido en algunos momentos, ya se lo imaginarán, como esos animales que en algún momento están muy irritables y agreden, igual esas personas. La rivalidad clásica es entre el Club y la Sociedad. No es un mito si alguna vez escuchan que el Club y la Sociedad no deben encontrarse en una misma avenida o calle bailando porque comienzan los golpes. En varias ocasiones algunos integrantes de esas comparsas dejan a lado lo de mito para hacerlo de hecho. Algunos dirán que la rivalidad es antigüa -como si la antigüedad fuera un buen argumento respecto a esto- y que por eso a veces 'se entiende'. O incluso la misma historia de las comparsas suele ser un argumento, más que nada de los 'nacionalistas' de comparsas, aunque no lo crean, hay sujetos que sienten su sangre hervir cuando escuchan hablar de la comparsa de su gusto, sí, como si fuera su patria, el lugar al que pertenecen. Quizás sean dichosos al encontrar el lugar al que pertenecen, o quizás muy idiotas al dejarse llevar por un gusto. Hay peleas por esa causa, porque se topan dos comparsas diferentes y comienzan los gritos de que una es mejor que otra, o el nivel de la música sube y al mismo tiempo el baile incrementa su fuerza, incrementan los gritos, las porras en favor de una comparsa, hasta que aparece alguien que arroja una botella o por alguna causa azarosa comete un acto violento en contra de algún miembro de la otra comparsa, es entonces cuando se desatan los golpes. No hay justificación de lo anterior. Siguiendo aquella cosa' del nacionalismo de comparsa, me parece más que ridículo ese sentimiento... si vamos a ser nacionalistas, ambas comparsas -o incluso, los participantes- pertenecen al mismo pueblo. La madre patria sería Tlaltenco y no la comparsa, esto suena bastante ridículo... por lo cual, creo que podemos apelar al sentido común' y pensar que así sean grupos distintos, no hay motivo por el cual pelear. Falta mencionar que no faltan las bebidas alcohólicas en esta fiesta, lo que le permite a aquellos seres ser animales con facilidad. Ya en el texto anterior hablaba sobre esto. Las causas son así, que hay un grupo de damas que no se lleva con otras damas y comienzan a agredirse verbalmente, hasta que comienzan los golpes. Que si 'x' grupo de charros está estrenando traje deben -o ellos quieren- estar enfrente de todos, pero que los otros -otros- no quieren que vayan adelante, etc... No bromeo, esto de los trajes fue causa de riña en la comparsa del Guadalupano. Qué hombres' tan ridículos. Y quizás lo más ridículo sea la directiva de esa comparsa. No saben qué hacer en caso de lluvia. Esto es en serio, el domingo pasado llovió, de hecho granizó, y los organizadores no sabían qué hacer. Si no saben qué hacer en algo que -pienso- debe ser básico como especie de contigencia', es decir, así como hay indicaciones en algunos lugares sobre qué hacer en caso de sismo, ellos deberían saber qué hacer en caso de lluvia -y no se diga de golpes-, pero decía, si no saben algo básico... no sé qué se puede esperar de una directiva así.
  Ojalá los integrantes de esa comparsa -y de las demás, también- exijan una mejor organización. Hay quienes incluso deben pagar para participar -como en el caso de el Club y la Sociedad- y reciben de garantía una organizción desastrosa, además, no es cualquier cantidad de dinero, esos $600 por lugar en ciertas comparsas quién sabe a dónde irán, ya que la delegación otorga presupuesto a las comparsas. Es muchísimo dinero para la poca cosa que se llega a ver, y sobre todo, para la pésima organización -incluyendo seguridad- que hay dentro de las comparsas. Ya que la gente seguirá bebiendo y seguirán algunos con sus nacionalismos ridículos -que critico ese sentimiento, básicamente, por los que tienen esa emocionan y miran a otras comparsas -a sus participantes- como extranjeros y por tanto quieren agredirlos, ya que sé que hay quienes sufren de esa emoción pero no agreden-, lo mínimo es que las directivas garanticen seguridad, que sepan qué hacer en caso de violencia, o que comiencen por saber qué hacer en caso de lluvia -hablo de esto porque fue granizo, sabemos que la gente puede resultar herida-.

M. Téllez.

Violencia en los estadios


Estadios

Hace unos días se hizo muy sonada una noticia sobre los estadios de fútbol, de la liga mexicana. Me gustaría hablar de esto, y empezaré con una especie de conclusión, quizás es lo que todos los medios de comunicación, y el 'sentido común' al oír sobre ese tipo de enfrentamientos entre aficionados, es lo que dicen. ¿Qué es lo que dicen? Que es un lugar donde va la gente a divertirse, donde los niños van a ver a sus jugadores favoritos, donde las parejas asisten para reír un rato entre apuestas y goles. Supongo que todos estamos de acuerdo con esto, no hay porqué ser violentos en el momento de apoyar al equipo que sea, no somos animales, aunque esas personas nos ayudan bastante a no olvidarnos que sí lo somos en cierto sentido, o en muchos sentidos. Pero, lejos de ese tema, vamos al estadio a gastar dinero, reír, llorar -en el caso de los apasionados- y básicamente mirar un espectáculo.
  Hace unas tres semanas asistí a un partido -del equipo al que he apoyado desde pequeño, Cruz Azul-. Nunca había asistido a un partido profesional. Cuando llegué, el escenario me pareció bastante familiar, "es como un concierto", pensé. Pienso que tengo razón por varias cosas -en mi analogía-, en un concierto todos van de un cierto color -en especial si es concierto de rock, el color negro manda-, en el partido, sencillamente hay un uniforme. La gente en el estadio escucha el nombre de 'x' jugador y comienzan las ovaciones, en un concierto también. Cuando 'x' equipo anota, la gente grita, en un concierto suena el intro de 'x' canción y la gente se emociona. En fin, quiero decir que la gente deja de ser razonable -si es que en momentos lo es- cuando va a un espectáculo, pienso que esto es el factor principal de la facilidad por la que la gente -alguna gente- pierde la 'cordura' -, por usar una frase que creo la mayoría entendemos, vagamente-. No exagero, al partido que asistí había un defensa del equipo contrario que el el color de su piel era 'negra'. Cuando cometía algún error ese defensa, se oían claramente los gritos como de "¡Pinche negro pendejo!", creo que esa ofensa es común incluso con los jugadores que eran "güeros", pero lo que quiero decir, es que en ese caso particular de los jugadores de piel 'de color' -como se les dice usualmente-, las ofensas pueden ser comunes como lo son con otros jugadores, pero la línea es delgada cuando las ofensas adquieren otros matices, llegando al racismo. Pienso que la línea es delgada porque quienes han asistido a un partido sabrán que los insultos a veces causan risa, sin embargo, en ocasiones al ser muy repetitivo, comienzan a generar otro tipo de emociones en la gente. Esto va más relacionado con el tema del racismo, que es de lo más bajo que puede hacer un hombre, supongo que hay otras cosas igual o peor de 'bajas', de esas que nos hacen dudar -al menos a mí me hace dudar- sobre la igual dignidad de los hombres.
  El caso de la violencia entre aficionados, tiene matices diferentes, pero el conjunto de seres que participan en esos actos, es el mismo que el de los que gustan de ofender a jugadores por su "raza", como si existieran las razas humanas. Ese conjunto es el que hace dudar sobre la igualdad de dignidad de hombres, aquellos que son más animales que nosotros, que no soportan ver que su equipo pierde, que el delantero rival finje una falta -aunque debo admitir que eso es molesto en ocasiones, pero hay que entender que es un espectáculo-, en una sola palabra, aquellos que no son razonables. Son las bestias. He pensado que debemos "agradecer" la existencia de esos sujetos, ¿por qué? Porque quizás así la gente rememore que somos animales, que las emociones están ahí, acechándonos, esperando un mometo de debilidad para que actuemos según ellas dictan. Ellos son el vivo ejemplo de esto, cualquier hombre razonable no golpearía a otro hombre solamente porque no comparten el gusto por un equipo, menos porque el equipo del otro va ganando. Leí que en esa situación del partido entre equipos de liga mexicana, la agresión fue porque los policías agredieron... Vaya pretexto ridículo. Con esto no estoy negando que la policía pueda tener algo de culpa', es ridículo porque la causa es la misma, se dejan llevar por sus emociones, como animales. Es decir, que ya nadie puede decirles algo o incluso mirarlos porque se sentirán ofendidos, entonces no son siquiera capaces de ignorar y seguir con su fiesta, dándole apoyo al equipo, cantando las porras, etc. En una sola palabra, son unos débiles de voluntad y nunca se han puesto a pensar sobre cómo reaccionar ante acciones que afecte su bienestar, han estado desperdiciando lo que llaman vida, no piensan. Y es desperdiciar porque es lo propio del hombre, pensar. Ojalá si alguien lee esto, no se ofenda por las críticas 'fuertes', tampoco que pienso que estoy ofendiendo, pienso que es sencillo de entender la diferencia entre animal racional -y agregaría razonable para que sea aún más fuerte la diferencia- y animal. No estoy negando que en cualquier momento todos entramos en el terreno de la emoción, no estoy afirmando -absolutamente- que todos los que asisten a los estadios son así. Básicamente pretendo decir que existen seres así, que ojalá entendieran que nunca van a ganar algo tangible con esas acciones.

M. Téllez.