miércoles, 31 de mayo de 2017

Pizarras

Cuando entres a mi hábitat, verás distintas pizarras. Ignora la artillería tirada por doquier, también los casquillos de bala y cartuchos inservibles. A veces olvido tirar la basura donde corresponde. Es mi hábitat.
 Las pizarras contienen pensamientos, algunos más finos que otros. Sé que la calidad de mi letra será el primer obstáculo -y tal vez también una excusa- para que te acerques a analizar qué puede haber en esas cosas. Ahora que lo pienso, creo que sólo los seres más cercanos han ignorado ese obstáculo y prefieren interrogarme personalmente. 
 No tienen algo de genial esos pensamientos, pero son míos. Surgen por las batallas, por victorias y derrotas. También brotan porque algo dentro de mí que desconozco grita algo que más o menos capturo con la intuición: parece que mi pluma y esa zona desconocida que empuja ideas se asocian de una manera misteriosa. 
 No encontrarás mis planes terroristas, mis ideas para derrocar al jodido gobierno bajo el que estoy, mis culminaciones intelectuales para paliar la ignorancia: mucho menos lo que creo para superar la religión y asuntos donde se asoma el fundamentalismo. 
 Deshacerme de algo plasmado en las pizarras suele implicar algunas cosas: 1) concluí ese pensamiento en alguna creación, 2) se trataba de un pseudopensamiento o 3) encontré alguna referencia demasiado parecida a lo que consideré genuino. Esta vez acabo de quitar no un pensamiento, sino una ubicación precisa entre la totalidad del mundo. 
 No se trata de intentar erradicar algo con el fin de olvidar, porque aunque arranque señalizaciones o intente bloquear una parte geográfica de los mapas que pueda utilizar, las imágenes llegarán a mi mente de los recorridos y estancias que viví en tal lugar. 
 No me gusta enfrentarme a la pizarra y extraer algo que consideré pertinente dejarlo para la posteridad, ya que la razón subyacente fue mirarlo como significativo. No se trata esta vez de un error por creer algo como genuino y que terminó por parecerme no interesante. Creo que ese acto misterioso que involucra la zona misteriosa de la que hablé, me condujo a este camino. 

M. Téllez.

martes, 30 de mayo de 2017



-[...]
Justo cuando estoy a punto de quedarme,
te miro
y me desconciertan tus colisiones de electrones
[...]

sábado, 27 de mayo de 2017

-[...]
Y el pasadizo que usábamos
ahora solo lo transito de vez en vez
cuando no es verano,
cuando me extraño,
cuando no bebo té y si café,
cuando oigo Abbey Road,
cuando no llevo portátil,
cuando uso esas botas,
cuando
[...]

miércoles, 24 de mayo de 2017

-[...]
Lo tuyo nunca fue el ascensor,
al menos no hasta
ese día de marzo
[...]

domingo, 21 de mayo de 2017


-[...]
Jugar al escondite
tu gran pasión,
siempre ganabas
y sigues ganando
[...]

viernes, 19 de mayo de 2017

-[...]
Aun tomo el té con tu abuela de turno
en días de verano retrasados,
la que se cree inglesa,
pero lo unico que tiene de inglesa
es el juego de té,
[...]

jueves, 18 de mayo de 2017

Abuela

Abuela, tú no te quedaste en esta tumba.

Te quedaste sentadita en tu cama, trabajando en tu cocina,
con una voz en mis llamadas, en el altar a tu madre.

Regando tus plantas, en el regocijo de que dieran fruto.

No te quedaste aquí, en la tierra.


Valencia.

Puedo jurar que aquí arriba siento la brisa del tren

Puedo jurar que aquí siento la brisa del tren
que enmudece las voces como arriba lo hacen los autos y
cada vez hay menos espacio para los brazos.

Pienso en la ciudad como rincones, venas y cuevas
que contienen a un montón de bichos insignificantes
que se roban el pan en cuanto se dan la media vuelta,
donde los prietos siguen siendo los feos y
cien vidas valen menos que dos boutiques.

Juro que puedo sentir la brisa del tren.


Valencia

miércoles, 17 de mayo de 2017

-[...]
Nunca supiste que
imprimi en mis dedos
los ornatos
de los lugares que mas odiabas
y es que a mi me encantaba
ver como los odiabas
[...]

sábado, 13 de mayo de 2017

-Siempre he pensado que las rosas son un cliché,
pero también siempre he pensado que yo soy un cliché andante.

jueves, 11 de mayo de 2017

Nunca nadie

Nunca nadie estará siempre pendiente de ti. Basta tan sólo un segundo vacío, sin intención de mostrar importancia hacia a ti, para que tal cosa sea verdadera.
 Me desangro y no hay nadie. Veo mis manos palidecer y no hay un cuerpo que me arrope, no hay miradas de consuelo, no siento ninguna mano sobre mi hombro, y menos sobre mis manos.
 Mientras lloro, pienso en los colores del dolor. Escucho a lo lejos más quejas e inconformidades que ya no sé si son reales o estoy rozando la locura.
 Se ha mojado, con una gota de lágrima, la hoja de re-uso donde escribo estas mierdas. En una canción, una vez escribí: "Dime, ¿qué puedo hacer? ¿Tú crees que es prudente escapar? Yo no sé, hoy ignoro más. La razón agotada está." Quizá pueda cambiar a veces la frase, como quiero hacerlo ahora, y decir: "Agotado estoy."
 Los sueños ya no le significan a nadie. Romper ilusiones es una violencia invisible para muchos ojos. Sigo derramando más lágrimas en la hoja porque sufro las consecuencias de lo que implica poder ver violencias que son invisibles para otros. Me gustaría poder escribir mientras cierro los ojos. Pendejo -me digo-, esas imágenes ya no se irán de mi mente.
 Si las lágrimas pueden borrar estas mierdas, espero que algún día desvanezcan algo no tangible pero que es aún más frágil: mi existencia.

M. Téllez.

lunes, 8 de mayo de 2017

-[...]
Y es que tu sabes que yo soy mas de estrellas,
de estrellas estrelladas en el pavimento,
de esas que pocos notan a las doce del día,
de esas que solo te permitía a ti ver
  [...]

viernes, 5 de mayo de 2017

-[...]
Y se que tu sabes que a mi no me gustan las nubes,
pero para ti yo las atrapare en marcos a contra luz,
en cualquier mes
[...]

miércoles, 3 de mayo de 2017

-[...]
Y tu gusto por bailar
al ritmo de la orquesta
de Viena,
la que solo has oído en
ese viejo vinil
de tu abuelo,
mientras trato
 de sostenerte entre mis manos
y seguirte al tempo
 en el que flotas a contra luz
[...]