Farsas mutuas.
Es común conocer a personas. Es común que quieras conocer a alguien, para luego tener alguna relación. Así pasa. ¿Qué tanto se cambia durante ese proceso? Pienso que mucho, en ocasiones, al grado de dejar actitudes que tenías y luego se fueron.
Tenía una amiga que durante nuestra amistad -pienso en amistad cuando los momentos son prácticamente del todo lúcidos y lúdicos, y si no es así, que están ahí- me decía en distintas ocasiones: "mis amigos son primero". Después me contaba que era común -y para ella 'normal'- que sus parejas se molestaran porque en el típico caso de dar preferencias a alguien, le daba la prioridad a los amigos. Después tuvo un amigo, con el que ha tenido una relación larga, no me interesa si estable o no -supongo que poco estable-, pero sus amigos ya no eran primero. ¿Por qué? Porque a su pareja sus amistades no le caían bien. Así pasa. ¿Cuánto cambiaste?
Sabemos que no todos son partidarios del pensar. Algunos dicen que si piensas mucho, te complicas la existencia y es una pérdida de tiempo. Imaginemos que esas personas se topan con alguien que se complica la existencia, es decir que piensa, no sólo se topan sino que son pareja. La otra persona que piensa no cambia, y quien modifica actitudes es nuestro agente que acusaba el reflexionar como complicarse. Termina pensando de repente, más que antes. Quién sabe si le guste o no, tampoco me interesa saber eso, al final se lamenta del cambio. Después deja el lamento y sólo sabe que pasó. ¿Cuánto cambiaste? Quien pensaba en esa relación intenta dejar a un lado el reflexionar y ser trivial como lo es la mayoría de la gente. ¿Cuánto cambiaste?
Luego de lo anterior, ¿no somos a caso una especie de farsa y además, mutua? O, ¿qué querrá decir ese hecho? No creo que la respuesta sea la que viene en las frases de cereal: 'cambiamos por amor'. Tal vez no nos tomamos en serio quiénes pretendemos ser, si es que lo sabemos. Nos moldeamos según la circunstancia, y si no es así, entonces somos necios o seguros de algo por lo cual debemos dar razones; si es el caso que debemos dar razones. ¿Será adecuado modificarnos? La pregunta gira entorno a este contexto, porque es obvio que sí debemos cambiar cuando somos necios y no escuchamos las razones del otro, y es el caso que de hecho sus razones son convincentes ante alguna actitud que nosotros pensemos esté bien' cuando de hecho no sea así.
Sé que he hecho cambiar' a varias personas, algunas han sido amoríos', ¿cuánto cambiaron? También ellas han modificado algo en mí, pienso que ha sido para bien, y no -tal vez- por causa directa de ellas, sino por mirar consecuencias y querer evitarlas. Sé que son pocas las personas que se toman en serio ésta cuestión del 'cambio' propio'. Ejemplos hay un montón: la madre que regresa mil veces con su pareja alcohólica, que le da preferencia a ese ebrio y no a sus hij@s, que quizás la han apoyado cuando tal vez no se merecía ayuda. Lo pienso como cambio porque lo común es alejarse de aquello que nos hace daño, o ya no a nosotros, pensando en rol de madre o padre, en el daño hacia tus hijos. Parece que los animales defienden más a sus crías. Pensando en los animales que lo hacen, porque es obvio que quienes no, no se les objetaría.
¿Cuánto me cambiaste?
M. Téllez
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