A Nacho,
manos de seda y puños de cal.
Los pies del obrero,
descansan en sal.
No, no descansan,
arden,
lloran,
sufren,
gritan,
¡se queman en sal!
Hoguera de
sangre castigada.
Van,
tropiezan,
caen.
Sufriendo el pan,
saliva seca,
-coagulada-
espesa
y
dura.
Impotencia articulada,
en puño de cal.
Pan que calla las entrañas,
no embravecidas de hambre.
Embravecidas de lágrimas,
gritos,
llanto
y
sal.
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