Hace un momento pensé 'escribiré algo que se titule <Ten tus putos hechos>'. No lo haré, al menos no tendrá ese título el escrito, puede estar en otra publicación, como en esta.
Viajé muchos kilómetros. No recuerdo cuántos fueron la primera vez, tal vez 440 o algo así, sólo de ida. El año pasado debieron haber sido unos 350 al menos -también sólo de ida-. Y siempre me he preguntado, ¿quién viajará tanto por ti? Y me respondo: nadie lo hará. Además agrego 'sólo buscarán placer coital o de caricias contigo, nadie te va a querer apoyar en sí'. Es decir, sólo te usarán como medio, nunca como fin en sí mismo. Yo lo hice. Siento que ya no lo haría, ignoro si lo haré.
Ahora comienzo a ver que escribes cosas bastante extrañas tratándose de tus dedos. Porque tú no tienes pluma. Leo 'súper'. Después leo que expresas representaciones mentales de tal manera que te desconozco. No hace mucho sufrías por la angustia de tu educación, hoy mueres por algo relacionado con el Iphone 6s. Patética. No sé a qué juegas, y ya no me va a importar. O eso es lo que creo. Aunque por esa razón -del ya no importarme- fue que ayer, además de estar motivado por algunos tragos, te volví a señalar lo poco -a tu juicio implícito- que siento por ti.
Sigue buscando más colores para tus uñas, mientras se pudre tu alma. Ojalá halles más sombras e intentes darle profundidad a tus ojos para que alguien los mire por la ilusión de las pinturas, porque nadie los atenderá desnudos. Predica tantos actos románticos como tu afecto por las letras, lugares brillantes, tal vez Eduardo un día aprenda a redactar una carta y sin faltas de ortografía, a lo mejor descubre también un buen lugar que pueda atender bien sin estar ausente. Continúa creyendo en la reconciliación con la vida, a lo mejor eso te ayuda a mejorar tu salud respecto a tu estrés causado por cosas insignificantes. Sé que hay cosas no insignificantes, pero ya líneas arriba mencioné que algunas de ellas las dejas de lado por tonterías.
Cerraré con lo que aún con el sabor de un buen espumante dilucidé hace horas. Antes de que me ocurran cosas extrañas, o no, me gustaría decir que te quiero.
M. Téllez.