miércoles, 30 de diciembre de 2015

Sensatez

¿Han sentido esa soledad de infancia cuando llegan a un grupo que desconocen mientras los otros ya saben sus prácticas y al verte lo hacen por debajo del hombro? Esa emoción es la que generan las personas religiosas de corte extremista, partidarias políticas extremas, aficionadas a un equipo extremistas, etc.
Uno no quiere ser agredido ni ser menospreciado. Ese tipo de personas que mencioné, le generan un daño a las personas y a la vida en comunidad. Si a caso cooperan, su altruismo es el famoso altruismo parroquial. Criticar ese tipo de altruismo no es decir que debemos ayudar a todos en todo momento -las acciones demasiado exigentes son un problema muy conocido-, sino -llanamente- decir que debemos ser razonables.
Aunque a algunos no nos guste, la gente puede adorar a sus dioses y rezarles para que su familiar que necesita una transfusión de sangre -y que su religión prohíbe realizar- mejore. No nos gusta por varias razones, en primera, nos parece absurdo que algo que jamás ayudará -como sí puede hacerlo un donador- sea tomado en serio. Luego, nos inquieta que esas personas sean necias. La necedad es algo que desespera a todos: ellos nos desesperan porque creen en cosas extrañas, y nosotros los desesperamos porque no creemos lo que ellos. Sin embargo, ambos bandos deben ser razonables. El adorador de dioses que adore a sus dioses en su templo o en su casa y no mezcle sus creencias en decisiones públicas. ¿Por qué? Porque se debe argumentar con razones que el otro puede aceptar: y no todos aceptan que un argumento se justifique sólo porque una tabla con diez reglas cayó del cielo.
Es asombroso -y deprimente- que la gente no se canse de pelear. Nosotros que no somos religiosos -y sí presumiblemente razonables-, entendemos que seguirán existiendo esas personas creyentes, y no nos molesta. Ustedes que creen, deben entender que seguirán existiendo personas como nosotros y no debe molestarles. Si les molesta, es que aún creen que ustedes tienen la Verdad, y entonces no están siendo razonables, sino fundamentalistas y por tanto, extremistas.
A muchos les gusta gritar y golpear para señalar que tienen razón en lo que discuten. Otros -como la gente razonable-, prefieren dar razones y ser sensatos: si nos equivocamos porque nuestras razones son muy débiles, dogmáticas o irrazonables, y está bien; nuestro sistema de creencias no es una línea delgada que se rompe y de inmediato dé paso a un comportamiento repulsivo -como diría Frans De Waal-. 
Ya no hay que creer en lo que han dicho nuestros padres, tíos, abuelos, profesores de la primaria, secundaria o bachillerato. Tampoco en lo que se dice en el mercado, en la televisión pública, las revistas del corazón, las notas sin referencias serias, etc. No todos debemos ser investigadores, a muchos no les gusta leer ni buscar bibliografía, sin embargo, sí podemos evitar ser necios y legos. Nuestras capacidades están ahí y podemos conocer algo, si bien no ser expertos, sí lograr algo; la evolución ha dejado claro este asunto.
Odiar a las personas es absurdo. El odio tiene distintas causas, algunas más razonables que otras -es más razonable odiar a los secuestradores torturadores violadores asesinos que al aficionado que le va a nuestro equipo rival-. Sin embargo, es absurdo odiar como un instinto. Odiamos porque creemos que así debe ser, no educamos nuestras emociones. Por eso es que a ti te golpearon y tú golpeas, porque quien te golpeó era un lego, igual que tú. A lo mejor que podemos aspirar como personas razonables quizás sea a gobernar las emociones, y aunque tengamos una impresión que nos genere odio, debemos saber frenar el impulso y dejarlo ahí, pero no actuar con el odio que se tiene. Si odiamos la violencia, hay que ser sensatos, si no, sólo seremos uno más de aquellos altruistas parroquiales, que defienden a su gente pero olvidan a otros, o hasta los agreden.
Quizás nos tardemos 50 años en que todos entendamos estas cosas, y lo más probable es que ni siquiera todos lo entiendan ni lo acepten. Sin embargo, eso no es motivo para tristear y no hacer, la supervivencia no es fácil, ni tampoco hacer lo correcto en muchas ocasiones, tampoco lograr una vida -en comunidad- que sea más agradable. Si anhelamos esa vida agradable, hay que mirar de qué manera podemos hacer. Nuestros antecesores no lograron las cosas solos,  tampoco las grandes figuras de la historia. Cada quien miró qué podía hacer y entregó sus fuerzas a ello. No es tarde para conciliar fuerzas como nuestros antecesores lo hicieron. 

M. Téllez. 

lunes, 28 de diciembre de 2015

Crítica a Samadhi

Por cuestiones que aparecen en mi timeline, vi que en un perfil llamado "Samadhi Báez II (Più)" se daba una solución a la drogadicción de jóvenes. Lo que quiero hacer es criticar la postura que se halla en esa publicación. Así que primero describiré la publicación, luego expondré mis críticas y así se verá porqué es que critico aquella publicación.
La descripción de la fotografía que está en esta publicación -a la que me referiré en este escrito- dice:

 Espacios para patinetas, patines, y ¿drogas?
Apesta a mariguana eh.
Bien "sanos" los chavales.
‪#‎Iztapalapa‬
LA SOLUCIÓN ES UNA FAMILIA FUNCIONAL, pero se hacen patos ..

La fotografía que acompaña esa descripción es una imagen donde se aprecia un parque equipado para quienes gustan de andar en su "tabla", patines o bicicleta. Se distinguen varios jóvenes -quien halla tomado la foto estaba a unos 10 metros, quizás-. Lo que quiero criticar es la idea de "familia funcional" -FF- y su relación con fumar marihuana. 
¿Cómo funciona la magia de que en una FF los hijos no consumen marihuana? Esta es la primera interrogante. Ahora bien, el sentido de la descripción es de corte negativo, si no fuera así, la autora de la publicación no hablaría de "solución", ¿quién le daría solución a algo que no es problema? Así que la segunda cuestión es ¿qué hay de malo en fumar marihuana? 
La familia ya es de por sí un problema. Basta ver estadísticas y entender que el número de las familias nucleares ha reducido -que son regularmente en las que muchos piensan. Pero admitamos que las familias están bien -sean como sean, madre soltera, padre soltero, hijos adoptados, etc.-. Por tanto, si están bien, son "funcionales" -digamos que funcional es donde hay comunicación, razonabilidad, etc.-. ¿Cómo es que en una FF no habrá consumo de marihuana? Hay dos cosas importantes en esta pregunta: 1) la conexión conceptual -o de otro tipo- entre familia y consumo de drogas; y 2) que el consumo de marihuana es causa de una familia no funcional. Primero explicaré 2 y señalaré que suponer eso es falso, o al menos, tal acción no se agota en una sola causa.
Recurramos a un argumento para 2). Sin embargo, primero menciono porqué es que surge 2). La autora de la publicación dice que la solución a consumir marihuana es una familia funcional. De esa afirmación podemos deducir que si hay ausencia de esa solución, entonces hay un problema -que sería el consumo de marihuana-. Es decir, que consumimos drogas porque la familia está mal. Sugerir esto como causa única es ingenuo, ya que existe la presión social, la experimentación o un mero hábito, digamos. En argumento, 2) diría algo como:
1. Si es el caso que no tienes una familia funcional, entonces fumas marihuana.
    Nuestra autora nos dice que la solución es la familia funcional, así que a ella le basta negar el consecuente de nuestro argumento para obtener lo que dice. Sin embargo, líneas arriba señalamos que la ausencia de la FF no es la única causa de fumar marihuana, existe la presión social, experimentación o un hábito, por lo tanto, el argumento y la suposición del porqué surge 2), son falsas.
Respecto a 1), no hay correlación entre una FF y fumar marihuana. De hecho, 1) es consecuencia de haber negado 2). Creíamos que la ausencia de FF era la causa de fumar marihuana, pero ya demostramos que no es así, que hay razones, por tanto, afirmar una correlación de FF con fumar marihuana -es decir, mencionar que la solución al consumo de marihuana es la FF- es ignorar otras razones, que ya dijimos en 2).
Finalmente, atenderé a lo que denominé la segunda cuestión, que es ¿qué hay de malo en fumar marihuana? 
Dada la publicación, está implícita la idea de que consumir marihuana es malo y por ello es que nos sugieren una solución. Ignoro las creencias morales -y hasta políticas- de la autora del post, aunque sugerir una solución a una práctica es algo común entre lo que se llega a denominar como "conservadores" o los famosos de "derecha". Sabemos que los liberales -pienso en los clásicos como Mill o Bentham hasta contemporáneos como Rawls, Nussbaum, Amartya Sen, Victoria Camps, Muñoz Oliveira, etc.- lo que defienden es la libertad individual -asi como la garantía de derechos. Ahora bien, el consumo de una droga, es una decisión de la persona -en el mejor de los casos- y nosotros no podemos oponernos a ello, a menos que haga daño a otros -esta es la idea básica de libertad que expresa Stuart Mill-.
Así como admitimos que existe una FF, ahora admitamos que existe una persona -dentro de una FF- informada, racional y razonable que piensa acerca del consumo de marihuana y decide fumarla -por experimentar, digamos-. Dado que es razonable, la consumirá y no dañará a otros, dado que es racional, conoce los posibles riesgos pero ella es dueña de su cuerpo y sus acciones: hacer algo distinto -como prohibirle el consumo- sería ser paternalista -y el paternalismo es algo que no quieren los liberales, lo sabemos. Cabe hacer un matiz: esto es respecto a una sustancia específica, que es la marihuana, no respecto a otras sustancias con mayor alto de toxicidad y otros efectos -que pueden ser riesgosos incluso para los demás.
Con lo dicho, concluimos que la FF no es la solución -al menos no la única- al consumo de la marihuana ni su ausencia es una causa única. Pero, y quizás lo interesante, también vemos que la marihuana no es algo malo en sí mismo, a menos que nuestro sistema de creencias se apoye en un fundamentalismo que prohíba prácticas que sólo son rechazadas por ese mismo sistema y no atiendo a buenas razones. 
Sé bien que la autora del post -por las razones que sean, aunque realmente luego FB no podemos hacerlo por la extensión- no dio una explicación detallada de lo que escribió. Ahora bien, su sentencia es clara en la descripción de su fotografía y por ello es que critico eso: ya no podemos estar sugiriendo recetas sencillas ante problemas que son más profundos y que requieren un mayor detenimiento. Criticamos a quienes nos ocultan muchas cuestiones en asuntos de justicia, pero ¿no estamos haciendo lo mismo cuando sugerimos respuestas rápidas y fáciles en cuestiones que también son de importancia? Si queremos que nos tomen en serio, hay que ser más cuidadosos y trabajar más en lo que decimos, las frases de cereal las puede decir cualquiera. 

M. Téllez. 

martes, 22 de diciembre de 2015

Mira

Mira lo que pueden hacer mis palabras. Ya desde joven lo sabía. Regularmente hay quienes no tienen cuidado en lo que escriben, otros son muy cautelosos, unos más usan adjetivos de sobra y sólo causan vergüenza. Los más, ni siquiera atienden las grafías.
Siéntate a mi lado, toma mi pecho como soporte si quieres y observemos cómo colapsan astros con las palabras. Una carta puede ser como un agujero negro, devorando hasta el último resquicio de una estrella. Es maravilloso. No se trata de justicia. Ni siquiera de justicia poética. Es maravilloso, nos rebasa y lo sabemos. 
Otra carta puede ser como aquel té que levanta cualquier ánimo. Suave, caliente al tacto, nos excita y nos reanima. Queremos más. Pero ya no habrá otro igual. Así también es esa carta: ya nunca habrá otra igual. Y somos necios al querer igualar el éxtasis producido: siempre fracasaremos. Aunque levante cualquier ánimo, el ánimo también varía. A veces basta con el aroma del té, a veces con su dulzor. Así también las palabras: a veces basta con la sinceridad, a veces con algo cursi. A veces con las mentiras.
Caminemos y escuchemos nuestras pisadas. Me detengo frente a ti y pongo mi mano en tu pecho, noto sorpresa y pena. Sólo quiero sentir los latidos de tu corazón, ya que mirando tu blusa no los veo. Son suaves, los siento aunque mi mano tiembla un poco. También estoy nervioso. También ocurre así con una nota, nos sorprende, nos puede sonrojar, late el corazón y nos cubrimos más el pecho para que nadie note semejante movimiento latente. Quien dejó la nota también sintió: quizás alguna letra mal hecha o algún rayón, fueron los nervios o la indecisión. 
Imagina mi muerte. No lo tomas en serio y lo entiendo. Aunque realmente deseo que lo hagas. Nunca pasará. Lo mismo ocurre con un escrito final: te digo que es el último y no me crees. Aunque realmente deseo que lo hagas. Uno cree que el final es ni siquiera ya mencionar. Erramos. Incluso luego de una muerte estamos recordando, pero el final ya pasó. Hubo final. También hay final en mis palabras, pero tú crees que no es así. Sin embargo, si menciono, sólo estoy recordando, pero el final ya pasó. Hubo final. No lo tomas en serio y lo entiendo. 
Ya desde joven lo sabía. 

M. Téllez. 

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Quizás tú...

Quizás tú puedas estar tranquila con el silencio. Conforme han pasado los días, parece que es así. Yo no estoy tranquilo.
Este tipo de despedidas siempre me han dolido. Quizás hoy sienta una especie de irritación porque sé que con nuestro conocimiento y con la poca o mucha voluntad, algo pudo decirse que no fuera vacío. Pero no ocurrió así. 
Alguna vez me leíste un artículo. Fue en una de esas ocasiones en donde nos desvelamos. Tú encendías una luz para poder verme. En algunos momentos yo frotaba mis manos en mis piernas porque tu piel provocaba reacciones en mí de ese tipo. Todo eso fue hermoso. Pareces llena de vida, de energía y de sonrisas puras. Mi caso es distinto, la vida me aburre, la poca energía me alcanza para hacer lo poco que se ve, y mis sonrisas están viciadas por la soledad. Sé que puedes entender mi condición de cansancio porque es probable que también te sientas así. La diferencia es que tú puedes -o eso creo- seguir y tu soledad puede ser calmada por quien quieras. Yo sólo te quería a ti.
Seguiré recordando cosas de ti y nuestros momentos. Soy mortal y mi mente es tan débil junto con mis sentimientos que el mecanismo extraño de mi cabeza hace que recuerde. Por momentos me llena de rabia tener que ser así. Es una debilidad enorme ser humano. Quizás tú tengas una gran respuesta para mi rabia, porque así son tus respuestas, llenas de buenas razones. Me persuadías más de una vez. También dejaba persuadirme. 
Aunque quiera seguir escribiéndote, mi pluma se desangra cada vez que quiero hacerlo, ni siquiera mis razones me parecen buenas para intentarlo. Me acorralan esos factores. Seguí sin ver nada de ti. Aunque eso no me pareció una sorpresa, las cosas en otros lugares también son así. Todos callados frente a mí, sonriendo con otros, fingiendo cariño: son relaciones viciadas. Aunque son cosas distintas.
Jamás supe si estabas enterada de mis escritos. No importa. Lo menciono porque este, en esta ocasión, es de matiz triste y sin ánimo. No veo porqué terminar con algo bonito o recordando lo hermosa que eres y lo mucho que te quiero. A veces me avergüenzo de ese tipo de palabras: ya no veo qué efecto importante tengan en una vida. Por sí mismas -esas palabras- dudo que signifiquen algo. 
My lips feel warm to touch, my words seem so alive, my skin is warm to caress... On the outside I'm the greatest guy but now... I'm dead inside

M. Téllez.