F.R.
Alguien dijo un día:
deberías buscar a alguien
como yo lo hice,
con tal de deshacerse de mí.
¿Dónde está tu búsqueda?
Pregunto.
¿Con alguien más?
Sonrío.
Derribada en las islas,
lloriqueando por un paso veloz
que nunca debiste dar.
Ya lo insinuaba un héroe:
sin duda no me entero ya
¿y ahora dónde estás?
No me importa el lugar,
pienso en las causas,
causas de tu mover,
circunstancias de sufrimiento,
tu sufrimiento.
Porque no eres feliz.
Me hubiera gustado ver
cómo te derrumbabas
y cuando estuvieras mejor,
preguntar amablemente:
¿qué se siente?
¿qué se siente estar buscando,
no sólo el amor de un hombre,
tú sabes qué amor,
buscar y no tenerlo?
Luego haber dado un paso,
aquel paso veloz,
después poder salir a flote,
pero despreciaste mi calor
y ahora:
sola,
como siempre has estado.
Me hubiera gustado verte
para seguir preguntando:
¿qué se siente?
¿qué se siente fallar tanto?
Incluso fallar atentando,
atacando tu respirar.
Yo no fui causa de tu inconclusión,
fue tu miedo.
Si hubiera sido yo,
¿por qué fuiste tan cruel después?
Fue tu miedo.
Ya qué importa.
Fallas,
fallas incluso en eso,
¿qué se siente?
M. Téllez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario