Me gustas. ¿Por qué? Hay cosas que no se fundamentan. Como un día dijo un escritor mexicano -L.M. Oliveira-. Lo parafraseo: 'cuando dicen 'te amo' o 'me gustas', dar argumentaciones es absurdo, simplemente lo sienten. Y lo saben.'. Lo sé.
Me detuve a pensar en ti mientras gotas ligeras y tibias de agua mojaban mis cabellos, luego recorrieron mi cara y el resto de mi cuerpo. Me gustas porque tu piel me engaña- me dije. Sí me engaña. Me gustas porque tu sonrisa no la comprendo y me place no entenderla. Me gustas porque volteas a mirarme de reojo y no me importa qué veas o qué crees ver, tampoco quiero saberlo. Digo que me gustas porque me seduces. Como la maldita bestia que no dejo de ser, te miro pasar y quisiera no dejar de hacerlo mientras finjo que pienso cuando sólo quiero sentir algo. Ni siquiera sé qué quiero sentir. He rechazado los típicos deseos desde hace tiempo. Es un espiral que me engaña, o que creo que me engaña. Deseos en un extremo y rechazo en el otro.
Te busqué y creo que te encontré. Ahora no dejo de visitarte. Vi algo que es y que pensé que no debería ser. Es para ti, no debería ser para mí. Sin cruzar palabras ya me siento roto, aunque desde hace tiempo esa es mi condición. Y no exagero, sólo logré mirarme. Después uno voltea al resto y no hay ejemplos de esperanza, todo lo devora la injusticia, el cansancio, el silencio, los balbuceos, la ira, la velocidad y las orillas del vacío.
Hace cuatro días te vi. Mis adentros gritaban deseos. Sólo aprecié poco, no hay necesidad de gastar mis miradas en vano. Hay deseos que son vanos, hay ganas que son vanas. Por eso aprecié poco, porque no había más en mí. Y aunque haya más, aún no sé si un cuerpo valga una atención prolongada. Porque eso es lo único que se ve. Eso es lo único que veremos.
Tendría que quedarme sin palabras para que sea mejor. Incluso sólo para que sea. Tendré que declararme vencido para que tengas una referencia. Perdería no sólo el sueño y el rechazo si es necesario. Para qué fingir, no sería tanto problema perder por ti.
M. Téllez.