domingo, 17 de mayo de 2015
MÁTAME
Flor silvestre,
escueta,
limpia.
Rómpeme los dedos,
truéname los cielos.
Arráncame las costillas
del hambre.
Mastícame los infiernos.
Haz de mí un vello,
incrustado en la piel del maldito fugitivo.
Breve,
demonio alado.
Ten lo que soy y he sido.
Punzada discontinua.
Nada valgo ya,
temblorosa,
sobria mujer
impermeable.
¿De qué vive alguien así?
Si algo hay de mí,
aquí,
mátame
o déjame morir,
gota a gota,
intermitentemente.
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