jueves, 15 de octubre de 2015

Siempre se irán

Sé de alguien que aún no ha perdonado -llamaré a este alguien 'S' y se entenderá que pretendo abarcar a personas que participen de tales características-. También sé que aún se ofende. En aquella noche fui honesto y sólo entendí que ella no está para entender la sinceridad. Yo no estoy para esperar que entiendan; especialmente si se trata de una amistad. Qué pereza.
Ya no había pensado en esto, por lo mismo de mi pereza. Hoy me dije "siempre se irán". Es interesante ver como los cuerpos y mentes débiles se consuelan con sus semejantes -o sea, con otros débiles-. Sí, sí quiero implicar que mi cuerpo y mi mente no es débil. Aunque, merece la pena hacer una distinción -que cualquiera puede decir me saqué de la manga-. Hay dos tipos de debilidades en las que estoy pensando: 1) debilidad ignorada y 2) debilidad aceptada. En el caso de 1, el agente en cuestión no sabe que es débil y pregona cosas que hará, y enseguida se le verá lloriqueando. Podrá sugerir que se emociona por algo, después dirá que está cansado. En cambio, 2 sabe que es débil, lo ha aceptado, además, conoce que está entre el lloriquear o el hacer, 2 prefiere lo último. En efecto, dado que 2 es débil en cierto sentido, claro que hay lloriqueos repentinos, aunque recuerda aquella línea entre lloriquear/hacer y regresa a la senda que lo distingue de 1. 
Dada la explicación y los matices adecuados, S es de mente débil; por lo tanto, se consuela con sus semejantes. Aquellos de mente débil, cierto espectro de los de mente débil, son del caso 1. Y lo que debo señalar ahora, es que S nunca se consolará con alguien del caso 2. O tal vez sí, aunque los hechos que describo, nos dicen que no. Puede ser que en este particular caso -por el que estoy nombrando al alguien como S- se deba a que no perdona y aún se ofende. El caso de 1, no se ofende ni perdona puesto que sólo se la pasa lloriqueando: se siente la víctima del universo, el novato, el troleado y el que aún puede aprender. Hay cosas que si no se aprenden en determinado momento, sólo nos harán seguir lloriqueando, una de esas cosas es entender la diferencia entre el caso 1 y 2, así como la división que es capaz de comprender 2 -y que quién sabe si vea 1, pero dado que es 1, entonces es que no la ve-. 
Estoy seguro que se seguirá yendo. La ventaja de S de estar con el caso 1, es que hallará consuelo con sus semejantes, no habrá reproches ni se sentirá herido por alguna palabra, ¿qué puede decir 1 que no sea un lloriqueo? A lo mejor una palabra de ánimo o de alegría, en el fondo es lloriqueo. Siempre se irán las S. A menos que quieran enfrentar su ignorancia y su debilidad compartida, las cosas para ellos seguirán en su tono. Tonos que objetivamente sólo tienen una función: notar en donde no caer. 

M. Téllez. 

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