Me gustaría dejar de escribir con tecnicismos: ser bruto a la hora de redactar, equivocarme creyendo que estoy bien: ser como todos.
En algunas ocasiones tomo algunos escritos más o menos viejos y otros recientes: noto cambios. Es normal. Pero cada vez mi voz se hace mía y algo que creo que es claro, tiene un tinte oscuro. Son los tecnicismos.
Ya no pensemos en temas como el amor, que es un clásico y asunto recurrente para todos. Hace mucho que no repito las palabras que cualquiera puede decir: te quiero, te extraño, eres mi razón de ser, mi corazón se acelera cuando tú estás, eres única, sin ti no soy nadie, te amo, estaré siempre para ti, contigo conozco lo que es el amor, me encantas, me fascinas, me enloqueces, te echo de menos, ojalá estuvieras conmigo, contigo lo quiero todo, sin ti ya no hay más, eres especial, significas mucho para mí, eres la persona más valiosa e importante en mi vida, desde que apareciste mis días y noches son diferentes, no puedo esperar para estar contigo, por ti lo daría todo, no me imagino sin ti, eres mi todo, yo te quiero/amo más, no puedo explicar lo que siento por ti, no te imaginas lo tanto que te quiero/amo, etc.
Así en forma de lista, sin valor, es como veo esas palabras. Y quizá es por ello que prefiero invocar todo un escenario -así lo narre de la peor manera- y luego rematar con alguna frase de cereal propia de mi voz: con algún tecnicismo.
¿Es que no puedo liberarme de lo que parece que soy? ¿Esto soy? ¿Y cómo podría saber que sólo porque así he sido en un par de meses seguiré siendo esto? Claro que no pienso en un cambio de un día para otro, eso es ser ingenuo. Mi duda es más profunda y seria: ¿De verdad esto debería ser? ¿Cómo podría saber que estos rasgos son los que debo tener? Más allá de un juicio de valor: señalar que es bueno o malo ser esto o aquello, la intriga está en la misma pregunta: ¿Cómo saber que estos rasgos son míos y que son los que debo tener?
Me gustaría encontrar respuestas a lo que supuestamente 'soy'. No es una duda que me detenga, sólo es más o menos recurrente. Y como suele ocurrir con todo lo que les escribo: a muy pocos les interesa -y quizá otros pocos lo entiendan-, así que la duda queda en el aire, para quien guste respirarla un momento. Queda flotando para que la hagan suya, no para que me den respuestas. A veces parece que la manera más profunda de acercarnos a los demás es con cuestiones y no con nuestras intuiciones básicas.
M. Téllez.