Hoy envié un escrito al blog de "Jóvenes Construyendo". Podrán leer el famoso problema de la indeterminación en el Derecho. Sin embargo, ahora que revisé poco el TL de mi FB, me percaté que desde hace un par de semanas todos andan lloriqueando con el pseudoproblema -a mi juicio (aunque seguramente también al juicio de los que se digan liberales, libertarios o alguna familia de éstas)- del matrimonio igualitario (MI), y pensé que debí haber escrito de ese asunto. Pero, lo bueno de contar con otros espacios para escribir, es que no hay excusa para no hablar de aquello que ya no pudiste en otro sitio. A continuación haré una exposición de los argumentos que he visto salen a la luz en torno al MI, presentaré varias críticas y terminaré explicando porqué digo que es un pseudoproblema.
Argumento teológico: el MI es incorrecto -moralmente, parece- porque Dios no ordenó así las cosas. Esta idea es quizá la que ha causado que el MI se vuelva discutible. Explico ahora algunos conceptos de la formulación que hice.
Cuando digo 'moralmente, parece', lo que quiero señalar es que detrás de apelar a algún Dios, implícitamente parece que 'x' cosa es incorrecta moralmente -o correcta moralmente-: como si de Dios -es decir, de sus mandatos (el decálogo)- se dujeran principios morales. Lo anterior es discutible: ya hoy día se sabe que si matamos a Dios, la moral no en está riesgo: hay estudios de primatología que rastrean la moral desde nuestros antepasados -por ejemplo: Frans De Waal-, o incluso pensar en las buenas razones es algo que se puede lograr para obtener un principio moral, y es un enfoque filosófico bastante atractivo y empleado. Por tanto, no sólo de Dios -a menos que se demuestre su existencia y su conexión con nosotros- se extraen principios morales.
Hecha la aclaración, ahora pasaré a las críticas a ese argumento. La primera se sigue de lo que acabo de decir: puede ser el caso que 'x' cosa sea incorrecta porque 'x' Dios lo ordena -según la creencia de 'y'-, de ahí no se sigue que sea obligación para todos -como quienes no creen en 'x' Dios- acatar la prohibición. Así las cosas, el MI no está prohíbido sólo porque 'x' creencia -la que implica a un Dios y sus mandatos- de un grupo de personas lo crea: que muchas personas crean que 'x' es correcto o incorreco, de hecho no la hace correcta o incorrecta.
La segunda crítica parte de un punto de vista político-jurídico: que el MI sea aceptado o no públicamente, depende de hechos sociales dentro de un ámbito político. Dado que vivimos en una democracia y nuestro sistema jurídico toma en cuenta la característica de ser laico, entonces las ideas religiosas no deben influir en las decisiones. Si es el caso que se acepta la prohibición del MI por el argumento teológico, entonces las ideas religiosas influyen en las decisiones: por tanto, no vivimos en una democracia y el sistema jurídico no toma en cuenta el ser laico.
La tercera crítica también parte de un punto de vista político y jurídico: si es el caso que somos liberales, y por tanto defendemos las libertades individuales, entonces el MI no tendría porqué estar prohíbido. Esta formulación da por hecho un par de cosas: acepta el principio liberal que todo mundo conoce: cualquier persona puede hacer lo que quiera mientras no dañe a otros. Dado que el MI parte del consentimiento entre dos personas y no se daña a nadie: entonces no hay buenas razones para prohibirlo. La otra cosa que da por hecho es que una decisión como la de decidir contraer matrimonio forma parte de nuestros derechos: así que nos obliguen o trafiquen con nosotros a cambio de 'x' cosas, está prohíbido sea la circunstancia que sea.
Seguramente hay otro tipo de argumentos en contra de la tesis teológica, pero me parece que los mencionados son los más intuitivos y más razonables. Doy un ejemplo de un argumento no razonable ni intuitivo: algunos toman como punto de ataque lo que se le llega a agregar a la tesis teológica: que sea aceptado el MI, dado que no es natural, nos llevaría a nuestra extinción. Hay quienes hacen una especie de razonamiento por analogía y dicen cosas como: hay terremotos, hambrunas, guerras, y no hemos estado en peligro de extinción, ¿creen realmente que el MI es un peligro para nuestra especie? No es un argumento -o no son argumentos razonables- razonable porque ambas posturas no toman en serio el problema -si es que es un problema- del MI: 1) estamos lejos de estar en peligro de extinción -salvo por el deterioro del planeta o por algún hecho natural catastrófico- y 2) se da por hecho que seguir teniendo hijos es cuasi obligatorio -cuando parece que no existen buenas razones morales para tener hijos-.
Así las cosas, ahora expongo porqué la discusión del MI es un pseudoproblema. Parece que es bastante aceptada la idea, y además es muy intuitiva, que podemos hacer lo que queramos mientras no dañemos a otros. Todos los demás supuestos que duden acerca de la verdad de ese principio liberal -que se lo debemos a Stuart Mill-, pueden tener algo de verdad contingente: pero eso es compatible con que otras acciones sigan intactas, y una de esas -al menos eso sostengo- es el MI.
Con supuestos que dudan del principio liberal pienso en el caso típico de las drogas: ¿qué pasa cuando una droga es realmente dañina -no como la marihuana- con una persona? ¿Debemos dejar que se quede sin cerebro 'x' persona sólo porque así quiere terminar, probando esa droga? Sin embargo, el MI no presenta problemas así: los ataques respecto a la psicología de niños adoptados por parejas de MI son contingentes y débiles, además que suponen una sociedad que no tolera ni es razonable -lo cual quién sabe quién puede defender una sociedad así y, peor, decirse intolerante e irrazonable-. Por tanto, discutir el MI es no tener claro lo que un problema serio sí representa, y es estar discutiendo al mismo nivel de si los chilaquiles son mejores que la pizza.
M. Téllez.