El pasado viernes 21 de octubre del 2016 -si no estoy errado- en el Canal del Congreso transmitieron una sesión donde se enunciaron iniciativas frente al proyecto de Constitución que M.A Mancera planteó para la CDMX. Quiero comentar, asi como plantear dudas -y entre las dudas algunas críticas- a la iniciativa que mencionó la Diputada Constituyente del PRD, Elena Chávez González.
La Dip. Elena Chávez González mencionó la importancia de tomar en cuenta los derechos de los animales, por lo que -según su iniciativa enunciada- hay que defender a los animales y esta preocupación debe estar en la Constitución de la CDMX. No voy a discutir acerca de esa propuesta, ya que me parece éticamente correcta -ya luego nos pondremos a pensar a qué animales sí y a qué otros no y por qué-. Lo que me gustaría criticar -y debe entenderse que hablo de 'criticar' en el mejor de los sentidos (es una lástima que la gente sólo conozca las críticas con carga negativa y no aquellas que fomentan fortalecer nuestras premisas o, bien, re-evaluarlas)- es la razón por la que según la Dip. los animales son importantes: habló de grados de conciencia.
Es sabido que en las discusiones acerca de deliberar si tenemos deberes hacia los animales o no, siempre relucen dos criterios: 1) porque sienten o 2) porque razonan -o bien, alguna idea que implique el tener pensamientos, conciencia, etc.-. Hoy día, en las discusiones de ética, la idea de defender la 'razón' -o, insisto, cualquier otra facultad relacionada con la capacidad de hacer juicios, proponerse fines, etc.- es ampliamente rechazada: incluso hay humanos que no poseen esa capacidad o es limitada: humanos en estado vegetativo, enfermos mentales o con algún síndrome que les afecta tal facultad. Si obedecemos de manera precisa nuestra defensa de la razón como criterio para establecer deberes, nosotros no tendríamos deberes hacia esas personas.
Hablar de grados de conciencia en animales es problemático: establecer 'x' grado será vago. Además de que, bien podemos pensar en algún animal que esté privado -por alguna circunstancia- de la conciencia pero que aún dé signos de manifestar dolor -habrá que cuestionarnos si debemos causar dolor aunque alguien no tenga conciencia de sí mismo-. En fin, lo anterior es para que cualquiera -en este caso, una diputada- tenga precaución con lo que sostiene respecto a asuntos que son problemáticos: se comprende la razón de incluir a animales, pero no podemos ir defendiendo ideas sin buenos argumentos, porque entonces la necedad y el fundamentalismo nos están guiñando el ojo.
Ahora bien, otra cosa que mencionó la Dip. Elena Chávez González, y que -según entendí- vinculó con el asunto de la defensa de los animales, es que se impartan clases de filosofía en la formación académica de estudiantes en la educación pública. El vínculo entre defensa de derechos de animales y filosofía es por la causa -de nuevo, según entendí- de que ésta apoya para sensibilizarnos en estos asuntos, además de que también se pretende ser más razonables con nuestros mismos derechos. Si tal vínculo entre los derechos -especialmente los de los animales- y la filosofía no fue así, me disculpo de antemano por haber comprendido erróneamente. Lo anterior no es factor relevante para no cuestionar esta propuesta: que implica la enseñanza de contenidos filosóficos.
Mis dudas son genuinas y ponen también acento en que si bien las humanidades son importantes, no por ser humanidades -sólo por llevar ese nombre- implícitamente son una especie de 'conocimiento salvador' o algo semejante. Mi primer duda es: ¿a qué nivel -o niveles- se aplicará el criterio de enseñar filosofía? ¿Cuáles serán los criterios para evaluar que alguien es candidato para enseñar filosofía a menores de 12 años -si es que se dice que desde primaria debe iniciar este conocimiento-? Lo anterior es una duda genuina por lo siguiente: en la academia hay tantos amantes de filósofos como Hegel, Heidegger, Foucault, Deleuze, Marx, San Agustín, Platón, que si bien forman parte de contenidos filosóficos, dudo que sean razonables para niños.
La segunda cuestión es: ¿qué tipos de contenidos se pretenden enseñar? O poniendo la cuestión un tanto más dura -y que seguro pondrá tensos a muchos-: ¿qué tipo de filosofía se enseñaría? De nuevo, aquí la cuestión es genuina por dos razones: 1) el área en el que alguien es especialista y 2) la manera de trabajar en filosofía. El asunto de 1) es el siguiente: hay muchos candidatos especialistas en estética, metafísica, ontología, fenomenología, ética, filosofía política, etc. Hay cuestiones de determinadas áreas que resulta difícil ver en qué podría ayudar a sensibilizar al estudiante: preguntarnos por "¿Qué es el ser?" No parece ser razonable.
Hablar de términos extraños tampoco parece ser razonable para enseñarse a niños o jóvenes de secundaria. Este último asunto es el que implica 2) dicho líneas arriba: hay un tipo de filosofía que pretende más claridad que otra. Con esto no quiero excluir ni quitar importancia al estudio que muchos hacen en diversos problemas filosóficos: conocidos como 'continentales'; otro estudio es el conocido como 'analítico', el cual es el que predica el asunto de la claridad.
Ahora bien, con esto no quiero reducir el amplio campo de la filosofía, ya que hay estudios muy fructíferos como el ético o filosófico político que pueden echar luz a los asuntos que implican la vida en sociedad, el trato hacia los demás, etc. La duda apunta -como espero que quede claro- a que, luego de preguntarnos qué se quiere enseñar, pensemos en que existe una diversidad de estudios -en los cuales hay muchos especialistas- y que parecen no ser razonables para los estudiantes: que algo nos ponga a pensar mucho, no se sigue que sea vital o importante para creer que sensibiliza. Con esto también quiero llamar la atención a quienes se dedican a la filosofía: si el estudio que se hace es muy abstracto, no se sigue que la persona que lo analice se vuelva virtuosa, así como leer no te hace razonable.
Hasta aquí mis críticas. Para terminar, resalto la importancia que sus propuestas tienen -según mi juicio, y seguramente el de otros-, Diputada Elena Chávez González, ahora queda sólo refinarlas: del hecho de que un estudio sea de 'humanidades', no se sigue que logre implícitamente formar personas virtuosas -o al menos provocar dudas que se vinculen con el propósito que usted quiere-; para ello, habrá que implementar un análisis de qué áreas se necesitan.
M. Téllez.
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