¿Cuántas lágrimas nos hacen falta para entender que necesitamos algo?
Te puedo decir que nunca vas a estar solo -¿debo decir que con 'solo' me refiero también a 'sola' (me parece una mamada)-. Cuando me diriges palabras, y te las respondo, debes saber que, entonces, las tomo muy en serio: realmente no a cualquiera le hago caso: ya que me causan pereza.
Nosotros somos invencibles, o aunque parezca que estamos cayendo: es normal, al final somos humanos y sentimos el frío en los huesos o la fuerza de hacer 15x5 de lagartijas. A muchos les duele apenas pensar.
Estoy para ti, juntos podemos hacer sueños que sólo nosotros entendemos en la abstracción: aquellos que tienen cosas materiales y no hacen, son una lástima; a lo mejor les hace falta sufrir de algo.
Quién sabe si el mundo dependa de nosotros -quizá no-, pero tenemos fuerzas que superan a muchos, y nosotros tenemos ideas que jamás se les van a ocurrir a otros. Tenemos que hacer.
Hay que correr hasta que los putos huesos nos duelan, o que la jodida mente sienta que ya no puede ir más lejos: hay que decirle a las mujeres que si estamos en su vida, es porque a lo mejor nosotros somos el ideal de 'hombre' que ya luego nunca tendrán: ni tendrán placer, ni tendrán atención ni letras genuinas que nosotros podemos dar. Así es en todo el sitio que podamos imaginar: y nos da mucha risa; aunque ellos puedan tener placer.
Vamos a ir más lejos, no importa que debamos derramar lágrimas que no creíamos caerían algún día. Da igual. Sigamos adelante: ¡bien sabes que nosotros podemos dar lo que el resto no puede!