Me gusta cuando, sin planearlo, tú y yo comenzamos a caminar juntos. También me gusta mirarte de reojo y darme cuenta de que decir 'me gusta' es diferente a 'me gustas'. y que realmente no sé a qué única 'cosa' refiera esa última oración.
Me gusta que me hagas preguntas, que te rías de mí, que supongas muchas cosas que me hacen sentido. Me gusta cómo entras a escena, entendiendo tú misma lo que sientes y concluir algo como: al carajo, lo haré. Me gustan tus ademanes, tus sonrisas con distintos matices: malicia, ternura, gracia, sorpresa.
En alguna ocasión comencé a dudar si realmente eres así siempre. Me detengo en este asunto: en primera instancia no parecías el tipo de persona que cuenta sus inquisiciones más profundas, luego parecía que sí. Así que cuando -líneas arriba- dije que dudaba si realmente eres así siempre, fue respecto a si de verdad revelas tus inquisiciones porque son ciertas o se trataba de algún truco para jugar con mis pensamientos o, especialmente, con mis acciones. No tengo una respuesta y también me gusta: ya que quisiera descubrirlo poco a poco.
Me gusta imaginar que esto podría ir ocurriendo lentamente. Me habían acusado de ser bastante 'directo', de que mi sed de conocer un verdadero rostro y corazón podía asustar a las mujeres. Mamadas. Sin embargo, aceptando o no que de hecho tenga tal sed de la que se me acusa, no tengo prisa -al menos por ahora o al menos no tanta- en involucrarme más en ti, y que tú te involucres en mí.
No he pensado en tus labios ni en lo que podría sentir al acariciarte. Me gusta más sólo dejar el hueco en la imaginación de la posibilidad de que en algún momento podría pasar, y me gusta dejar el mismo hueco para saber qué implica que tú me sientas.
Me gusta saber que todo esto es sólo especulación, que en cuestión de un minuto se puede ir abajo. Y me gusta porque al menos sé que aquella máquina fría e impasible en la que me seguía convirtiendo, tiene todavía algunos elementos receptores que aún -más o menos- sienten.
Me gusta creer que me escribirás en la mañana, y que en unos días podremos caminar juntos sin planearlo, sólo como si nuestros pasos nos llevaran por mera atracción -del tipo que quieras-.
M. Téllez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario