sábado, 28 de diciembre de 2013

'Recomendación'.

Hola, en esta ocasión no haré crítica sobre algo de FB -como luego escribo- ni tampoco les hablaré de razonabilidad ni tolerancia. Hoy quiero 'recomendarles' una banda de rock que me gusta, no la escucho tanto hoy día, sin embargo, había tenido ganas de recomendar ampliamente este grupo.
  La banda se llama "Tronic", y no les diré la historia de ésta banda, lo que sí contaré es porqué se las recomiendo. Es una banda de corte 'juvenil', aunque sus letras apuntan a la crítica social, y a los adultos' supongo que igual les puede gustar. Yo a ellos los conocí por una de sus canciones que se titula "Ven al boske". Me gustó mucho, el sonido, la letra, sus voces. Luego me enteré que no tienen un baterista 'real', digamos, su baterista es un holograma, se llama "Ciro Longa". He tenido la oportunidad de ir a verlos tocar en vivo, es un gran show para la banda independiente que es. Digo independiente porque de hecho lo son, sus discos los han producido ellos y la mayoría de sus videos igual, son muy queridos en su país natal -Chile- y no les falta motivos a sus seguidores. Los integrantes de Tronic son muy sencillos, ellos mismos venden sus discos, te firman cualquier cosa, puedes mandarles un correo para que te vendan algún producto' que desees adquirir de ellos, en ocasiones organizan reuniones por medio de FB o de TT, y van sus seguidores, platican con ellos, que la foto, etc. Su música es muy alegre, tienen muy pocas canciones 'tristes' y prácticamente ninguna de sus letras habla de "amor". Lo cual es poco común hoy día, así como 'artistas' que se reúnan con sus seguidores sólo porque sí, sin seguridad ni cosas así. Ojalá los puedan escuchar, creo que cualquier canción de ellos es divertida, pienso que hace falta música que te haga reír o correr o saltar de alegría o porque tienes energía de hacer cosas, y no solamente estar lloriqueando con letras de amor. Hay que reírnos, como dice una de sus canciones "Reírse un poco no nos hace nada mal"
 
M. Téllez.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Duerme todo lo que puedas, duerme niño, duerme.

Duerme todo lo que puedas, duerme niño, duerme.

Estoy parado sobre un lago, los peces se distinguen en aquella agua cristalina, de esa que dicen que ya no hay. En mi cabeza tambaleante un nido de pájaros, ese huevo que comienza a romperse cuando presto atención a un ganso que pasa rozando una de mis pantorrillas y grazna tan fuerte que hace que mi corazón se espante. Estoy inmóvil, callado, ausente. Estoy pero no me siento seguro de estar.
Estoy perdido en la neblina de mi memoria, mis ideas se arremolinan en cada oportunidad. Estoy olvidando que debo ignorar una de las cosas importantes que alguna vez me mencionaste, olvido olvidar. Estoy pensando, creo yo. Estoy creando aquel escenario probablemente, pero no me convenzo de aquel pensamiento absurdo que brota de las cavernas de mi imaginación un tanto olvidada.
Estoy presente. Estoy ahí, con aquella fauna irreal ante tus ojos despiertos, colorida ante los míos; de un segundo a otro todo cambia de matiz, esos peces son amarillos como la yema del huevo que mi madre cocina en esa cómoda rutina matutina; el pájaro que acaba de salir de aquel cascarón es color verde, como la hierba que crece en los lugares húmedos; el ganso ahora es rojo, como la sangre que brota de mi nariz cada que me porto mal. El agua tornasolada me muestra destellos de brillo, cambia de color como yo de pensamientos.
Soy entonces, como la extrañeza brotada de algún lugar lejano, rodeado de normalidad en ese momento. Comienza a estremecerme todo aquel colorido, y yo apagado, distante, extraviado. Mi color es gris, mis ojos observan pero no saben que es lo que en verdad ven. Mi sentido del tacto ahora es precario, apenas siento la frialdad de ese río de jugo de naranja que corre entre mis piernas deformes. Mis brazos comienzan a ser devorados por ese pajarraco inmundo traído a la vida en un afán de conservar la especie.
No siento dolor, comienza a correr un liquido viscoso, creo que es mi sangre, quiero creer que es eso, prefiero pensar que aún poseo algo. Recorre mi cuerpo una repentina satisfacción. Él ha dejado de picar y ahora solo hay agujeros en mis “extremidades” superiores. Puedo observar el hueso desde este ángulo. La vanidad se va, ahora no existe. Los peces ahora carnívoros hacen lo propio con los pies…
Estoy desapareciendo, abandonándome, sin embargo sigo parado aquí, en silencio y con temor a gritar, no me vaya a regañar papá. Me trago esas lágrimas que inundan mis inmensos ojos. Solo me olvido de mi una vez más, me refugio en la seguridad de mi mente, por lo menos ahí nadie puede entrar. Respiro, me callo más. Respiro, vuelvo a respirar. Respiro. Respiro y siento nuevamente. Respiro y todo sigue igual.
Cuando los peces sacian su apetito voraz me apresuro a ver que quedó de mí. No más ni menos de lo que he tenido siempre, quizás jamás me percate de lo que yo era. Tal vez ni yo mismo sé que es lo que me falta. Quito ese nido ahora vacio de mi cabeza. Ya hay nada alrededor mío. Ya se han ido los que no dejaban que la nada viniera. Respiro y reacciono.
Despierto y me doy cuenta que todo aquello fue un sueño, el cual era menos nocivo que la realidad. Me observo y percibo dolor por todas las partes que conozco de mi cuerpo, puedo decir que hasta me duelen partes que no sabía que existían. Mi padre me ha golpeado hasta casi matarme. Mis brazos llenos de moretones, mis piernas infestadas de quemaduras de cigarro. Tengo miedo. Él ha despertado y se dirige hacia mí. Y me digo en voz muy queda ¡No grites, te pegará!


Ixchelt Hernández

jueves, 26 de diciembre de 2013

Arte en FB
Hace unas semanas en FB noté que comenzaron a publicar imágenes de lo que la gente piensa que es "arte", con el fin de "llenar el FB de arte". Yo no sé cuál sea la primera impresión que tenga el lector al escuchar -o ahora que le cuento esto que ocurrió- "llenemos el FB de arte". Lo saco a colación, porque a mí me pareció una cosa muy curiosa, además de sin sentido. Les explico por qué digo esto, que para algunos puede ser algo delicado -no tendría que serlo, pero ocurre-.
   Veo que un contacto mío pone su respectiva imagen y escribe "¡Llenemos el FB de arte! ¡Dale like y te doy el nombre de un artista! Yo no le di like. Primero, sentí una especie de 'envidia', aquella persona sabía -o sabe- lo que "es arte", yo no lo sé, a pesar de que en Estética -una clase en la carrera de Filosofía- vimos el problema de "¿Qué es el arte?". Segundo, esa misma persona sabe qué es el "artista", igual nos adentramos a ese problema en esa clase, y yo sigo sin saber qué cosa es el "artista". Yo no me atreví a cuestionar porqué pensaban esas cosas como 'arte', primero, conocía el historial de esos contactos y no son abiertos a departir, segundo, sus definiciones son de plano metafísicas, y tercero, padecen de ilusión objetiva. Por lo tanto, es prácticamente imposible departir con alguien así -y he ahí la importancia de la razonabilidad-. De hecho no tuve oportunidad de ver que alguien interrogara ¿por qué crees que tu imagen es 'arte'? Solo daban like. Algo que desató el motivo de que dije al inicio que es algo 'sin sentido', es que nunca leí el objetivo de porqué llenar el FB de 'arte. Si creen que ser 'culto' por saber la existencia de alguna pintura, escultura, etc., te hace 'mejor persona', entonces dentro de su universo de discurso, no cabe la posibilidad de que alguien muy 'culto' sea homicida, violador, secuestrador, etc. Y claro que han existido y hay personas así. Pero, no hablemos tanto de eso, otra cosa que me pareció curiosa, es que la mayoría publicaba pinturas, aquellas que fueron famosas en el Renacimiento, esculturas griegas, muralistas mexicanos, etc. No vi que alguien publicara "la mierda de artista" ni la famosa "caja de zapatos vacía". Siendo que es 'arte contemporáneo'. Alguien podría decir, pues simplemente no quisieron, no lo consideran 'arte'. Yo preguntaría, ¿y ellos quiénes son para considerar si 'x' es 'arte'? ¿saben las condiciones necesarias y suficientes para que 'x' sea considerada obra de arte? Pienso que no saben. Y no porque sean ignorantes, claro que no, sino porque esto es un problema grandísimo. Quienes estudian Artes, algunos están seguros que 'arte' es aquello que logra 'transmitir algo al espectador', de ese razonamiento' se sigue que mostrarle a alguien la tortura de una persona o animal, o un llamado al odio, es 'arte'. Unos rebuscarán más la definición, y dirán que no, que debe contener rasgos técnicos, que va dirigido a cierto público, y ¿esto no es lo que hacen los diseñadores? Y entre ellos corre el rumor que lo que hacen no es 'arte', otro problema. Hay quienes dirán todavía que el 'arte' debe contener algo 'bueno' -sí, más cosas metafísicas- y ¿qué es lo bueno? ¿lo bueno para quién? ¿para todo el mundo? y si el 'arte' debe ser 'bueno', ¿por qué hay pinturas de la Edad Media que reflejan dolor? o incluso del Renacimiento, ¿el dolor es bueno? Alguno podría decirme, ' <bueno> en el contexto de la época'. Admitamos eso, pero si eso fue<bueno> en la época, y hoy ya no es 'bueno', ¿por qué lo seguimos viendo como 'arte'? En seguida podríamos pensar "es una especie de historia de lo que fue <arte>" y entonces, ¿qué es el arte hoy día? Una caja de zapatos vacía fue exhibida en el MUAC, ¿qué hay de bueno en esa caja? ¿Será a caso que ya solo porque alguien se considera 'artista' todo lo que hace es arte? Y con eso pasamos al otro problema, ¿qué cosa es ser artista?
   Pienso que quienes organizan esa especie de 'cadenas' -como las que existían en MSN- deberían ser un tanto más sensatos a la hora de plantear cosas así. Yo no tengo algo contra el 'arte' porque ni sé qué es. Tampoco tengo algo contra quienes publican eso, en contra no, que me gustaría que fueran conscientes de este problema, sí me gustaría. Quizás algunos no ven todavía la importancia de este problema -lo cual es lamentable- unas líneas arriba expuse el ejemplo de mostrar la tortura. Ese es un problema de hecho para 'el arte'. Alguien puede subirse al metro, insultar a todos, señalar, masturbarse, escupir, etc., y al final podría decir "Señores, esto es <arte>", y no, no es un ejemplo loco, para nada, cosas así las llaman 'performance', y recién un compañero de la carrera me contó que le tocó vivir algo así, alguien abordó el metro y comenzó a insultar a la gente, al final señaló que era un "performance". Sé que alguno podría decir, "pues está mal, esa no es la razón de ser del <performance>" ¿cuál es, entonces? Sí, llenen lo que quieran de 'arte', cuando sepan qué es, y cuando la definición que den no les resulte problemática. O en todo caso, limiten el universo de su discurso, pero quién sabe si eso sea 'arte', pues no sería algo tan 'universal', y muchos pretenden que el 'arte' debe poseer universalidad. El problema es grandísimo.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Sorpresa

Sorpresa

Hace unos días, después de algún tiempo, me senté a ver televisión. Me encontré con un programa en el canal 5. Este programa se llama Karaoke, Canta y no te rajes, cuya frase principal es “pase lo que pase no dejes de cantar”: http://www.pmcanal5.com/vertical/karaoke-canta-y-no-te-rajes/
Lo que más me sorprendió —tal vez hasta me maravilló— es que existan personas que acuden a este tipo de programas. Personas que se presentan y dicen cuáles son sus miedos, siendo orillados a “enfrentarlos” a nivel nacional. Aparecen en el programa sujetos con cualquier suerte de miedos: miedo a las alturas, el miedo a los insectos, miedo al agua fría, miedo a las ratas…
Por supuesto que en el programa se encargan de hacerles casi imposible el cantar. Los retos se ponen basándose en sus miedos, principalmente o poniendo a los participantes en situaciones que a cualquier persona pondrían a sudar. El reto de  uno de los participantes era llevar de una mesa a otra la comida que estaba sobre la primera  mientras cantaba y sufría descargas eléctricas cada cierto tiempo.
Me pareció curioso que esto sea lo que ahora divierte a la población: ver a otros humanos gritando en cadena nacional e intentando controlar sus nervios para lograr ganar cierta cantidad de dinero, a saber, $15,000. Ah, por cierto: hay público en vivo. Este público parece completar la atmósfera morbosa con sus rostros de sorpresa o asco al conocer los retos. Pero aún más curioso me pareció ver que estas personas estaban dispuestas a sufrir cualquier cosa por ganar esa cantidad de dinero. Creo que hasta estrían dispuestas a vivir aquella “emocionante” experiencia aunque no existiera la posibilidad de ganaran dinero.  
No sé si en realidad estas experiencias sean emocionantes o sea placentero aparecer en televisión, lo único que sé es que siguen habiendo personas en colaborar con este programa por parecer divertido o emocionante. Personas desde fuera riéndose de las personas participantes y sintiéndose con más capacidad de control sobre sí mismos que los que aparecen en pantalla.
Me sentí pronto como si estuviera presente en alguna pelea de gallos o de perros, con la única diferencia que las personas consentían participar en este programa. Se supone que hay una lucha constante en defensa del respeto y de la dignidad humana pero, ¿qué hacer cuando son las mismas personas “razonables y racionales” las que se ponen en estas situaciones?

Seguramente me lo estoy tomando muy en serio y me estoy preocupando de más, como siempre...
Ixchelt Hernández

martes, 24 de diciembre de 2013

Tutora.

Hola, apenas escribí sobre dos personas que me causaron una gran experiencia en un taller este año. Hoy quiero contarles de otra persona, sólo que esta persona causó en mí, además de sorpresa, mucha admiración. Esa persona es mi tutora en INJUVE, se llama Marisol.
   Nunca he sabido qué piensan los demás cuando uno se toma el tiempo de escribir sobre ciertas personas, esta duda será parte de la otra publicación que haré referente a las personas a las que ya les he dedicado un escrito.
   Marisol es mi tutora en INJUVE, desde que entré a INJUVE nunca he sabido cómo definen ellos a un "tutor". Supongo que dirían algo como: aquella persona que se preocupa por los jóvenes, son el vínculo entre la información de actividades de esta institución y el joven, están aquí porque les preocupa la juventud. Digo lo anterior porque de hecho nos avisan de las actividades que hay, ofertas de trabajo, becas, cursos, etc. Lo de preocuparse por los jóvenes, lo dejo en duda porque desde algún tiempo he sido temeroso de la generalización. Estoy seguro que hay tutores que no se involucran tanto con sus jóvenes, quizás con algunos, pero no con todos. No lo sé, puedo estar equivocado. Mi tutora siempre nos ha informado lo más puntual que puede -digo lo más puntual que puede porque los H. señores del INJUVE a veces se sacan eventos de un día para otro, supongo que buscan mantener de hecho el significado de "evento", es decir, algo que surge 'espontáneamente', eso es de hecho un 'evento', y eso cuando no nos llevan de acarreados- nos cuenta sobre la organización en INJUVE, también nos llama la atención de vez en cuando, por si alguna oveja descarriada no está cumpliendo con las actividades, claro que no es niñera, somos jóvenes en riesgo y claro que sabemos de consecuencias, o eso se supone. Desde que entré a las actividades, siempre ha sido responsable, y no sólo eso, siempre ha tenido tiempo para platicar con nosotros, quien no ha platicado con ella, es porque no se acerca a ella, o está en las actividades sólo por algún beneficio y asiste sólo por cumplir. Los ideales se desvanecen.
   No es novedad lo anterior, se supone que es su trabajo ser tutora, y por tanto debe desempeñarlo bien. Si la admiro es -además de su gran desempeño como tutora, ya que aunque sea su trabajo realizar lo que dije anteriormente, muchos no lo llevan a cabo- porque sufrió un accidente en una actividad del INJUVE, en un deportivo de Iztapalapa, nos mandaron a recoger basura. Lo que le ocurrió es que por las pésimas condiciones del terreno que había en algunas partes, ella tropezó, su pie se hundió en un pedazo de tierra. Al inicio no fue nada grave su lesión, fue un esguince. Luego se complicó, empeoró bastante, no diré aquí de qué enfermó, lo que sí diré es que las cosas que realizaba ya no las podía realizar como ella quería. No quiero profundizar en esto, y no tanto por las típicas críticas de "por qué hablas del dolor ajeno", para nada, creo que esos comentarios están huecos hoy día, si no busco profundizar tanto es porque sé que las cosas escritas nos hacen rememorar los hechos. Así que me saltaré muchas cosas, y diré que a pesar de los malos ratos que tuvo mi tutora, a pesar de su condición, asistía a nuestras actividades como podía, su ánimo ya no era el mismo, y por eso escribo este 'artículo' para ella. En ocasiones la veía muy triste, yo no sé qué tan triste estaba, pero al ver algunos estados que ponía en su FB, era terrible ver que la tristeza dominaba, y en persona ya no sonreía. Pero, la cosa no es triste, no. Un día, volvió a coger fuerzas, me entero que regresa a las actividades que realizaba, comienzo a ver que de nuevo sonreía mi tutora. Ahora que escribo esto, me parece todavía más increíble, yo no sé cuánta fuerza de voluntad adquirió mi tutora en tan breve tiempo, a pesar de su lesión, de no poder estar al 100%' con nosotros, de abandonar varias de sus actividades, de dejar de sonreír, y a pesar de ese terrible dolor estaba nuevamente ahí, sonriendo, haciéndonos bromas, regresó al juego, decidida y -como dice una canción española- a "retrasar el final".
   Quizás haya más personas que también se levantan de la lona, a mí me tocó observar esto, y le escribo porque más allá de desempeñar su papel de 'tutora', es nuestra amiga, se involucra con sus jóvenes, hay a quienes les causa ruido eso de 'involucrarse', supongo que porque consideran un juicio analítico el 'involucrarse' con ser 'alcahuete', están equivocados, 'equivocados pensando' dice otra canción española.
   Admiro a mi tutora por seguir firme en sus ideales, es una pena que no pueda contar más de ella y hacer su apología' más grande, quienes la conocen, saben que no miento ni tampoco estoy ensalzando más de lo que se podría decir de un ser como ella, tampoco sé si soy justo con lo que digo, no pretendo ser exacto con mis palabras ante lo que es -hay diferentes maneras de describir lo que es, dice Goodman-, lo que sí pretendo es darle un reconocimiento por este medio, desde mi 'trinchera', ya que su trabajo nunca lo ha realizado de mala gana, es de las pocas tutoras que sigue alzando la voz frente a esta institución que en ocasiones parece cometer injusticias -o de hecho las comete-, mientras otros solamente asienten con la cabeza. Yo solamente la conozco de algún modo, aunque hay otras personas que saben más de ella, y también confirman que es una guerrera. Sé que lo es.
   Ojalá algún día pueda tener tanta energía como ella para enfrentarme a alguna situación que de hecho esté destrozando mi vida. Y le agradezco porque al inicio asistía por obligación a las caravanas, ella por defender un derecho de nosotros tan básico como es el de elegir, logró que nos involucráramos en talleres que de hecho nos dejen algo -sí, los ideales se desvanecen, pero hay quienes todavía buscan su solidez y permanencia-. A causa de esa lucha frente a nuestro derecho, aprecié los talleres -como el Carlos y Mariel-, es claro que sin su intervención hubiese sido yo uno más de la bolita que va solo por ir, sin mencionar que ni hubiese podido aprender cosas de grandes talleres como el que nos impartieron Mariel y Carlos, o el de "Jóvenes y Medios", que en parte también es causa por la que existe este blog.
   Gracias por su apoyo, y por creer en la juventud, tutora.

M. Téllez.

Pláticas/sesiones.

Ya casi se acaba el año, sí, aunque no lo crean. En este texto quiero hablarles de una gran experiencia que tuve este año gracias a dos personas muy razonables, sensatas, 'reflexivas', alegres. Se las comparto porque 1) es capricho mío, 2) sé que algunos pueden identificarse con algo así y 3) estas personas se merecen un reconocimiento. Comienzo con esta experiencia.
      Los nombres de las personas a las que les este texto son: Carlos y Mariel o Mariel y Carlos, como gusten. Tuve la oportunidad de conocerlos en el Faro Tláhuac, ellos trabajaban ahí. Cuando los conocí nos impartieron un taller llamado "Proyecto de vida" o "Cuéntame tu historia" o "Proyéctame tu historia", así era conocido el taller. Al inicio, primero por el nombre del taller, me pareció que sería el típico taller o curso de secundaria de la materia "Cívica y Ética", donde te dicen que las drogan son malas, que si tienes relaciones coitales uses condón, etc... Eso que muchas veces nos parece una especie de "pérdida de tiempo" -a menos a quienes tenemos consciencia de las consecuencias, hay quienes requieren de otro tipo de atención, pero no hablaré de eso-. El punto es que no tenía disposición ante el taller y me preguntaba ¿qué voy a aprender aquí que no sepa en lo que he podido leer? Tenía un ídolo, en términos de Bacon. Noté desde el inicio que el taller no era "el típico curso", no, pude darme cuenta que cada uno tenía una tendencia en especial, Carlos me parecía muy bromista, pero bastante directo y esas palabras directas, llevaban más que el provocar la risa, te dejaban dudando y a juicio de varios -también el mío- tenía razón en lo que nos decía. Su tendencia me parecía como si supiera del comportamiento de las personas, las tendencias que pudiera tener una persona, o algo así, luego me enteré que estudió Psicología. Mariel, en cambio -a mi juicio- cuando presentaba un tema se enfocaba más en hacernos reflexionar pero con lo que acontecía en la sociedad -Carlos igual 'usaba' ese 'método', pero con otro enfoque-. Me explico, Mariel nos habló en una ocasión sobre un caso de secuestro -no recuerdo el nombre de la madre que luchó por encontrar a su hijo-. Nos habló sobre cómo cambia un pueblo para irse 'modernizando', nos habló del siluetazo en Argentina, etc. Yo a ambas posturas -la de Carlos y Mariel- realmente no les prestaba mucha atención antes de que ellos nos hablaran de esos temas, sabía de la existencia de temas y enfoques así, pero me parecía que no daban 'frutos'. Estaba bastante equivocado. Les cuento que no solamente lograron hacer dudar y reflexionar al necio que yo era -quizás lo siga siendo, poquito, luego se puede departir eso- sino que también lograron algo que para mí fue genial: consiguieron unir a casi todos los jóvenes que estábamos en ese taller. Desde que yo estaba en el Instituto -unos cinco meses antes de conocer a Mariel y Carlos- siempre estábamos por 'grupitos', como en la escuela, como es común. Carlos y Mariel no sólo nos hablaban de temas "típicos", que mejor dicho, son comúnes, sólo que ellos no los trataban como siempre se tratan, nos dejaban participar con mucha libertad, nos contaban hechos que reflejaban la pluralidad, y eso, es de lo que carecen muchos de los cursos que buscan abordar temas como el 'alcoholismo', 'violencia', 'plan de vida', 'relaciones amorosas', etc. Pero como decía, no sólo abordaban los temas de una manera distinta, hacían las sesiones divertidas, antes de comenzar jugábamos, y estoy seguro que hasta el más 'payaso' del taller se divertía con esos juegos.
    Aprendí mucho de Mariel y Carlos, a veces me quedaba a departir con ellos después de terminar la hora del taller, la mayoría de las veces me iba dudando, y eso es genial, de eso se trata, de dudar. El grupo estaba unido, la mayoría nos saludábamos ya, cosa que antes no hacíamos. Luego se marcharon, sé que por ser fieles a sus ideales, lo cual me enseñó más todavía, ya que no solamente predicaban, también actuaban. Con esto concluyo este tema dedicado a ellos.
   A Carlos le agradezco el haberme causado dudas, que hoy día me han servido para solucionar problemas de la vida cotidiana o conflictos que a veces tengo frente a temas comunes como los que mencioné, y que a la vez lo que le aprendí, se lo he comunicado a quienes se acercan a departir conmigo, siempre siendo fiel a los derechos intelectuales.
   A Mariel quiero agradecerle por habernos enseñado las acciones que hace la gente cuando les quitan algo de su vida. Por mostrarnos cuando aquello que denominamos 'arte' se convierte en una manera de reclamar la memoria de nuestros colegas del mundo, en herramienta para exigir justicia, y no solamente eso, sino también como vía de reflexión, ¿qué haríamos nosotros si nos quitan un ser querido por causa de injusticia? ¿hasta qué punto le buscaríamos? Y todavía otra pregunta ¿le hemos dicho algo de estos temas a nuestros familiares en caso de que seamos nosotros los desaparecidos? 
   A los dos les agradezco mucho por haber escuchado mis razones en algunos temas, por haber unido al grupo en ese periodo y también por causarnos tantas risas, porque íbamos al taller con gusto, sé que no era yo el único que iba con gusto. Ojalá existieran más personas como ellos que buscan desde su 'trinchera' -que en aquel entonces era un taller- aportarle algo a los jóvenes, como la reflexión, la comunicación con los demás, las risas.
Gracias Mariel y Carlos.

M. Téllez.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Colegas, padres.

Me he dado cuenta que muchos de los que fueron mis compañeros en secundaria o preparatoria, ya son padres. Por tanto, algunos deben tener entre 22 ó 20 años. Si les escribo no es para felicitarlos ni tampoco objetarles algo, para nada, solamente me parece un tema interesante, por varias cosas, les cuento.
    Algunos de éstos compañeros, publican fotos de su novia -o esposa- embarazada, y comienzan las felicitaciones. Yo siempre he tenido la duda ¿felicitan en serio? es decir, cuando ven que coetáneos de ellos -nuestros- serán padres ¿en serio les parece una genial idea hoy día el ser padre a esa edad? Hasta el momento no he tenido respuesta, solamente dos, quizá, el 'clásico': "pues a mí no me parece buena idea", y en seguida "pues es su vida, quizás así es su plan de vida". Quizás sea cierto y al final se resuma en eso, es su vida. O quizás no son tan razonables.
   Otra cosa que me causa ruido, es que muchos de ellos van mal en la escuela, a esa edad no se ha terminado la licenciatura, beben, les gusta salir con los amigos, etc. ¿Sabrán que pesa en serio educar a un hijo? Lo de menos es llevarlo a la guardería, y entonces ellos no se están haciendo cargo de su hijo, solamente lo mantienen. Algunos de ellos se la pasan lloriqueando en FB, predicando la vieja idea de que para aprender hay que caer. Y por tanto "buscan abismos", como dice una canción. Es decir, ni siquiera han sido capaces de dictarse una ley moral, y se encaminan a compromisos más duros. Sí, es su vida, y también la de un pequeño. No pretendo escribir más sobre esto, ya que algunos de estos compañeros, sus hijos o hijas ya tienen un año, o de algunos tienen meses. Es cierto, es su vida, yo no le pagaré nada al bebé, ni seré su padrino -no me han pedido ser padrino de sus hijos aún-, a pesar de ello, y de saber que es un tema -como muchos, desgraciadamente- delicado ,porque parece les quitas una ilusión, o qué sé yo, harían bien en reflexionar más sobre eso. Es sabido que aquí sufrimos, que los precios suben, que para encontrar un trabajo te piden cada vez más estudios -claro que hay trabajos informales, pero funcionan más para mantenerse uno solo, no con familia- yo no sé si sea razonable asumir estos retos, cuando ni siquiera pueden ir bien en la escuela. Quizás mojen la polera y lo logren, eso es lo menos que de hecho deben hacer. Claro que este escrito no posee nada de verdad ni de normatividad, estas dudas no sirven si quien tiene hijos a temprana edad posee mucho dinero. De cualquier manera, había tenido ganas de escribir sobre esto.
  No puedo desearles grandes cosas a esos compañeros, de hecho tienen que luchar por su hijo, y en todo caso, eso podría desearles, que les vaya bien, pero, depende de ellos, y depende de las circunstancias. Tienen que modificar sus lloriqueos, porque ahora ellos tendrán que educar para que sus hijos no sufran.
 
M. Téllez.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Razonabilidad. 

Recién publiqué un artículo sobre tolerancia -basándome en "La fragilidad del campamento un ensayo sobre el papel de la tolerancia"- que tuvo una aceptación decente, cabe mencionar que incluso el autor de ese libro -el Dr. M. Oliveira- se enteró de mi artículo y le agradó la aportación que hice. Hoy quiero completar la idea de la tolerancia, que como sabrán, no significa -soportar- al otro nada más. Para tal empresa hablaré de la 'razonabilidad', siguiendo nuevamente las ideas de M. Oliveira. Al tratarse de un artículo breve, me veré obligado a no profundizar en algunas ideas de las que se apoya M. Oliveira para hablar de "razonabilidad", en todo caso, esas bases serán mencionadas brevemente, quizás en otro escrito desarrolle tales bases, el autor de este artículo -así como las críticas que ha recibido- está convencido que es un tema importante en el ámbito ético y político. Comencemos.
    Tolerancia en su acepción más básica es -soportar-. Luego dijimos que los conceptos cambian, y que tolerar no termina solamente ahí, sino también hay que escuchar al otro, a causa de que la pluralidad es un hecho y la Verdad no la posee ninguna persona. Toleramos para evitar el daño, escuchamos para entender al otro. Ser razonable es estar preparado para escuchar las razones del otro, nos dice M. Oliveira en su tesis doctoral, y específicamente nos dice "...la razonabilidad como virtud es una manera de ser tolerante de forma solidaria, es entender al conciudadano, escucharlo, saber que juntos acordaron las reglas de cooperación y actuar y dar razones a partir de tales normas." Aquí algunas de las bases del discurso de la razonabilidad: la democracia, el debate público. Nosotros hablamos de razonabilidad ya no solamente para el debate público ni para lograr un consenso entre cruzado -en términos rawlseanos- que nos dé resultados para llegar y estipular algún principio de justicia que pueda regir a la sociedad. Nosotros hablamos de razonabilidad, a causa de que en los distintos discursos que hay en la vida cotidiana, en ocasiones las personas se niegan a aceptar la pluralidad. Pongamos un ejemplo: en la academia la mayoría quiere hablar de sus gustos. Me explico, en la facultad donde estudio -la FFyL, UNAM- hay diversas 'corrientes' filosóficas, y cada 'corriente' tiene sus seguidores. Hay quienes afirman que sin Metafísica la Filosofía se derrumba, hay quienes no le encuentran tanta importancia a los problemas Metafísicos. Hay quienes de la poesía quieren encontrar rasgos filosóficos, hay quienes en el discurso filosófico te piden ser directo y no hacer uso de metáforas, eso hay que dejarlo para la poesía, y como es dicho -o fue dicho- por los griegos, el poeta no tiene compromiso con la 'verdad', el filósofo sí. En fin, hay diversos ejemplos, yo no diré de quién soy partidario, lo que sí diré, es que hay que ser razonable frente a situaciones así, a simple vista parece una discusión meramente 'intelectual' o incluso como dicen 'una payasada', sea lo que sea, en ocasiones mis colegas -estudiantes-, se mofan de quien habla de 'x' tema, sin siquiera prestar atención a sus razones. Lo más lamentable, son estudiantes de Filosofía, donde el sentido crítico debe ser razonable, no solamente racional -en tanto que contenido, no estructura del argumento-. Reírse del otro sin escuchar razones y solamente porque habla de un tema que "a mí no me gusta" abre la puerta al odio. Para ser virtuosos hay que practicar, y se defiende que la razonabilidad es una virtud, por tanto hay que practicar e intentar escuchar al otro, el autor de este artículo cree que no tiene sentido estipular un estudio sin antes ser razonable, este mismo autor sabe que es susceptible de críticas, la norma de tales críticas serán las buenas razones, si 'x' prefiere que no escuchen sus ideas y se le impongan las cosas, debe haber razones detrás y con gusto se le escuchará, pero la medida de lo razonable, es lo que los otros también podrían aceptar, y el autor del artículo duda que todos acepten la imposición. Por más distintos que seamos, hay cosas que tenemos en común, como querer que no se atente contra nuestra persona, evitar la violencia, etc. Para terminar este breve esbozo de la razonabilidad, cito a M. Oliveira nuevamente:
       "La razonabilidad (...) es una forma de actuar que rechaza la humillación, la violencia y que construye un <nosotros> de diversos que entiende que los <otros> no son aquellos que piensa, creen, sienten, comen, aman, que viven distinto. Los <otros> son los <irrazonables>, aquellos que se niegan a cooperar -ser parte del <nosotros>- y creen que su verdad, la Verdad, es universal e irrefutable. Ese es el camino de las espadas, de la guerra entre religiones y culturas, es la negación de la libertad."
 
  M. Téllez.

Cuento I

Cuento I
Me senté en la silla que estaba olvidada en el rincón de la casa abandonada, entre las penumbras, alejada del amor, hice que la silla existiera nuevamente, todos la habían olvidado ya... ¡Pobre de ella!, tal vez la silla era yo transformado porque a veces también me olvidan. Estábamos destinados a encontrarnos y a unirnos, la encontré y me senté sobre esa café y nada cómoda, por cierto.
Hacía frío en esa habitación, un frío penetrante y desolador, de ese que cala los huesos, que hace que tiembles y que tus dientes choquen los unos con los otros por no poder controlar la mandíbula, ese frío sin límites. Sólo temblaba, a veces frotaba mis manos en el afán de conservar calor, de seguir viviendo (si es que a esto se le puede llamar vivir).
Sentado porque ya me hastía caminar pues siempre termino siguiendo gente, con un suéter delgado que encontré días antes en el basurero, los pantalones que llevo puestos hace no sé cuántos años, desde ese día en que me embriagué en la cantina, cuando no sé cómo perdí las riendas de mi vida y preferí dejar todo para permanecer así, perdido, distante, hundido en mí,  oliendo a licor barato con riesgo a perder la vista. Lo elegí. Siempre elegimos.
Alcé la mirada al techo que ya permitía la filtración de agua, habían unas goteras, olía a humedad, a lo lejos corrían las ratas, escuchaba sus ruidos de roedor, sus ruidos de inconformidad. Les pedí perdón por no seguirlas pero estaba esperando no sé qué sentado, esperaba como siempre lo hago, siempre espero pero nunca actúo, me da miedo hacerlo. Espero que otros lleguen y hagan algo por mí. Luego, recorrí todas las esquinas elevadas de ese cuarto, sobre mí hallé una mariposa negra –dicen que anuncian la muerte- y no me dio miedo, tal vez ella era la que me esperaba y no yo a ella. Nadie me ha dicho que no puedo, nadie me ha puesto cadenas. Soy mi jaula.
Cerré los ojos, temí abrirlos de nuevo, descubrir que seguía ahí, que eso era mi realidad y no era un sueño. Había basura por doquier, unos restos de muebles que el tiempo había lastimado como siempre lo hace, entraba luz por la ventana que aún conservaba un pedazo de vidrio, al filtrarse por ahí y acceder a la vivienda adquiría una pesadez increíble. La veía, no me irradiaba, esperaba que oscureciera, cerré los ojos y fingí dormir, escuchaba voces, probablemente era la esquizofrenia reprimida o la conciencia que hablaba rápido y bajo por temor a mí.
Lo logré, cuando los abrí de nuevo era de noche busqué desesperadamente la botella que me dieron casi regalada, la que saciaba mis ansias, que controlaba mis dolores, que me daba fuerza. Vivía para ella y por ella, consagrado a ella. Bebí unos tragos pequeños pues estaba a punto de acabarse, era lo único que poseía entonces y pronto se iría como todo. La tapé y la guardé en el bolso del pantalón sucio y roto.
Dejó de importarme tener o no abiertos los ojos pues no percibía nada, sólo ausencia de color me rodeaba. No había problema ya, pensaba en mí como siempre lo hice, en mi miseria, mis uñas con hongos, mi barba y bigote largos, mi cabello enredado, mis pocos dientes que aún habitaban en mi apestosa boca, mi lengua que sufría tanto ahí, aguantando la saliva que corría por ella. Pensaba, luego no sé, caí en el silencio, era lo único que podía hacer. No me moví de la silla por horas y horas, aún sigo sobre ella…
Amanece lento, no puedo disfrutar ya ese espectáculo que la naturaleza regala diariamente pues he perdido toda emoción y sensibilidad que da la capacidad de sorpresa, miserable soy, lo sé. La luz de nuevo, las ratas que nunca dejaron de manifestar que estaban ahí, temiéndome, quiero creer pues necesito sentirme superior a alguien: sigo siendo humano –un miserable humano-. O tal vez planeaban dejarme ahí, sin molestarme para que cuando me muriera se comieran mi carne. No sé, nada sé.
Me pierdo en una de las paredes, parece que alguien dibujó un rostro y que me observa, lo ignoro. Ahora dirijo mi vista al montón de basura y encuentro unos pedazos de cartón, logran capturar mi atención y comienzo a soñar como hace mucho no lo hacía, imaginar: renacer por dentro. Me levanté por fin del asiento, fui hacia los trozos sucios pero amplios, un poco humedecidos y roídos, comencé a romperlos con mis manos dándoles alguna forma, me diseñé unas alas de cartón. Quería volar más que nada en el mundo, el miedo se me olvidó.
Las coloqué en mis brazos, salí de la casa corriendo. Cercano estaba edificado un puente, me dirigí a él, llegué, me paré en el borde, me impulsé con un pie, extendí mis brazos intentando llegar al sol. Vuelo como una pluma, sonrío como antes, más que antes. Llego alto, muy alto, esta sensación es hermosa, libre, valiente por lo menos una vez. Salgo de la atmósfera, huyo de mi cárcel y no paro. Me acerco al Sol, mis alas se empiezan a incendiar, se desintegran, me quemo con plenitud. Un vuelo en llamas. La ceniza se funde.
Ixchelt Hernández

viernes, 13 de diciembre de 2013

Breve introducción a la tolerancia.
Hablaré acerca de un concepto que en el ámbito filosófico se defiende como una virtud, la tolerancia. Lo anterior será posible, ya que les contaré cómo L.M. Oliveira -que es Dr. en filosofía- nos habla de esa virtud. Antes de comenzar, dejaré asentado lo siguiente: en los juegos hay reglas. Quizás sea muy capricho mío, aunque no por ser capricho quiere decir que sea algo carente de sentido, para nada. Conforme he tenido oportunidad de departir con otras personas -ajenas a los temas por los que comienzo a tener inclinación, éticos-políticos- he confirmado tal capricho. Pensar que uno no posee la verdad, que uno debe aprender a guardar silencio y escuchar las razones del otro -que posteriormente se pueden discutir, no al grado de ser necios- forman parte del capricho que quisiera pusieran en práctica. Tal es también el sentido de ser tolerante, aunque el significado que ahora se ha atrincherado -usando el término 'atrincherar' de Goodman- de tolerancia, viene a ser solamente "soportar". Dicho lo anterior, pasemos al tema a tratar. Comenzaremos primero por mencionar porqué hablar de tolerancia.
    Hay cosas que todos compartimos -en algún momento- cuando escuchamos la palabra "tolerar", una de éstas, es que pensamos en "soportar", ¿soportar qué? Soportar al otro, por ejemplo. Esto es causa de varias discusiones, nosotros no las vamos a plantear, no porque carezcan de importancia, es más, sabemos de su importancia, sólo que creemos que los hechos de la vida nos dan la respuesta a tantos rodeos, a tanta pérdida de tiempo que suele ocurrir por poner en duda la importancia o el peligro de tolerar. En esto, seguimos ideas de Oliveira, que en su libro "La fragilidad del campamento un ensayo sobre el papel de la tolerancia", nos plantea la poca importancia que se le llega a dar a la tolerancia, nos dice también, que pensar tolerancia como 'soportar', es sólo una acepción básica de tal concepto, y que la cosa no debe terminar ahí. Ahora bien, nosotros creemos que sin tolerancia, no es posible concretar varios de nuestros intereses en donde otras personas se vean involucradas, y no porque tengan que ver con el fin que perseguimos de manera directa, sino de manera indirecta. Me explico, yo puedo estar persiguiendo una meta, digamos, escribir un artículo, pero es el caso que a alguien no le gusta, no comparte lo que yo planteo en mi texto, es más, piensa que es una tontería lo que escribo. Luego, no queda ahí la cosa, nuestra persona que no muestra gusto por tal texto, comienza a agredir mi texto, comienza a agredirme, comienza a querer censurarlo, quiere también, si es posible, se me prohíba escribir. No es un ejemplo sin sentido, la libertad de expresión llegó a ser un privilegio -en algunos lugares lo sigue siendo- lo que queremos remarcar, es que no podemos seguir siendo de ésta manera, como nuestra persona del ejemplo, ¿por qué no? Nuestra manera de ver el mundo no es la única, muchas veces no somos capaces ni de solucionar un problema a causa de la carencia de comunicación con los otros, ¿pretendemos solucionar ahora un problema que implique 'verdades' con el instrumento que no está bien pulido, que es el de hablar y escuchar? Aquí es donde entra en acción la tolerancia, y yo añadiría a la razonabilidad también, pero ésta virtud, la dejaré para otro escrito, que está muy vinculada con este problema. No sólo debo 'soportar' al otro, ¿para qué soportarlo? Para evitar la violencia, porque en donde no hay acuerdo, donde no se escuchan las razones del otro, donde no se deja de ser necio, donde no sabemos guardar silencio para escuchar, estamos abriendo paso a la violencia.
     Nosotros creemos que es posible ir cerrando ese paso que muchas veces abrimos a la violencia, sobre todo, si se trata de escuchar las razones de otros sobre 'x' platica, en donde se hallen creencias que muchas veces defendemos con tanta pasión, deberíamos entender que es mejor salir de una plática dudando de lo que se dijo, que ir con la pretensión de convencer al otro sólo porque sí. Terminaré con este pequeño texto, agregando algo más que parece estar arraigado hoy día en las creencias de muchos. Para esto, saco a colación algo que nos dice Oliveira, y se trata de que la tolerancia no es ser indiferente, como muchos lo creen. Hemos mencionado que la tolerancia juega un papel importante cuando se ponen en ardua discusión muchas de nuestras creencias, al tratarse de esto, no podemos ser indiferentes, se trata de algo que creemos y también de cosas que aceptamos, como nos dice Oliveira. Mantenemos disentimiento, por tanto no se trata de indiferencia. No hay que rechazar ni tener esa especie de temor al discutir algo que creemos, hay que entender de una vez por todas que no somos los únicos aquí, que no todos entienden el bien como yo lo entiendo, quizás parezca un relativismo, pues de acuerdo, admitamos esta especie de relativismo, pero hay que entender también que todas las ideas pueden ser llevadas a discusión, como decía Mill, y hay que dejar claro, como nos dice Aurelio Arteta, que cuando discutimos las opiniones o creencias de una persona, discutimos y criticamos las opiniones o creencias, no a la persona.
   Por último, hay que saber que si pedimos tanto entender, es porque debemos preocuparnos por el bien común, por tanto, aquel relativismo que admitimos, es mero trámite, pues es claro que compartimos ciertas creencias entre todos para evitar el daño, hay que reafirmar tales creencias, además, tal aseveración que hacemos sobre el compartir creencias para evitar el daño, en ocasiones no parece estar muy clara, se llega a romper en muchas ocasiones, hay que hacer que si se rompa, sea en menos momentos.

M. Téllez.

Conócete a ti mismo.

Conócete a ti mismo.

En la dinámica social cotidiana nos cruzamos con muchas personas que nunca buscan ser engañados pero sí engañar. Aman la verdad cuando no los acusa, quieren engañar sin ser engañados pero andan por la vida ignorando que son ellos mismos los que se engañan. Entonces, odian la verdad a causa de esa otra cosa que aman como si fuese verdad.
Estas personas creen que lo que les complace es lo verdadero sin escuchar la voz de la razón. Se conducen cegados creyendo que lo que suponen como verdadero es en realidad verdadero. Le dan a la opinión valor de verdad. Funden a la opinión y al conocimiento haciendo imposible el aprendizaje y descubrimiento diario. Se ponen algún tipo de venda en los ojos y andan como dormidos por el mundo. Me he topado con muchos así: prepotentes, repetidores de palabras, simulacros de intelectuales, mitómanos profesionales. Algunos utilizan su retórica para engañar a otros, nunca comprometidos con la verdad e ignorando el daño que provocan. Parece sencillo vivir de esta forma pero todo esto implica una conducta irresponsable.
Cuando conocí a Sócrates, a través de Platón, sentí un choque fuerte. A través del corpus platónico, se muestra a Sócrates como ese ciudadano ávido de conocimiento, en búsqueda constante. El que entregó su vida al cumplimiento de la máxima délfica: “Conócete a ti mismo.” El que llevó a cabo el análisis interno y conoció sus alcances y limitaciones. El que proclamó “yo sólo sé que no sé nada” o “yo sólo sé que ignoro” —frase millones de veces repetida y ultrajada por incontables personas—. Esa frase que mueve a cuestionamientos internos y está llena de emotividad cuando se conoce el contexto de este ateniense visto como un héroe adelantado a su tiempo.
Sócrates sabía que no sabía y aquí es donde radica la gran diferencia entre los demás y él. Estaba consciente de sus limitaciones: sabiendo lo que ignoraba se sentía hambriento de conocimiento. Se ocupó en dialogar con otros, buscando encontrar en este ejercicio, respuestas que satisficieran la búsqueda. Así, este proceso que Sócrates desarrolló al cuestionar a sus conciudadanos (mejor conocido como dialéctica) suponía alimentar el alma tanto del cuestionador como del cuestionado. Esta docta ignorancia socrática o saber ignorante es el reconocimiento de un vacío. La maravilla del vacío radica en que se puede llenar. Para hacer posible esta toma de conciencia es necesario el uso de la razón. Así, el hombre se conduce como tal y no como animal, desencadenando una formación del carácter apegada siempre a la norma principal de la razón.

Una persona que se conoce a sí misma, nunca realizará algo que vaya en contra de la razón y seguirá las normas que ésta establezca. Así, si cada persona logra conocerse a sí mismo, habrá una mejor dinámica social en tanto cada uno de los individuos sabrá escuchar a la voz de la razón. Suena  bien. Lo extraordinario es que no es imposible.
Ixchelt Hernández