Razonabilidad.
Recién publiqué un artículo sobre tolerancia -basándome en "La fragilidad del campamento un ensayo sobre el papel de la tolerancia"- que tuvo una aceptación decente, cabe mencionar que incluso el autor de ese libro -el Dr. M. Oliveira- se enteró de mi artículo y le agradó la aportación que hice. Hoy quiero completar la idea de la tolerancia, que como sabrán, no significa -soportar- al otro nada más. Para tal empresa hablaré de la 'razonabilidad', siguiendo nuevamente las ideas de M. Oliveira. Al tratarse de un artículo breve, me veré obligado a no profundizar en algunas ideas de las que se apoya M. Oliveira para hablar de "razonabilidad", en todo caso, esas bases serán mencionadas brevemente, quizás en otro escrito desarrolle tales bases, el autor de este artículo -así como las críticas que ha recibido- está convencido que es un tema importante en el ámbito ético y político. Comencemos.
Tolerancia en su acepción más básica es -soportar-. Luego dijimos que los conceptos cambian, y que tolerar no termina solamente ahí, sino también hay que escuchar al otro, a causa de que la pluralidad es un hecho y la Verdad no la posee ninguna persona. Toleramos para evitar el daño, escuchamos para entender al otro. Ser razonable es estar preparado para escuchar las razones del otro, nos dice M. Oliveira en su tesis doctoral, y específicamente nos dice "...la razonabilidad como virtud es una manera de ser tolerante de forma solidaria, es entender al conciudadano, escucharlo, saber que juntos acordaron las reglas de cooperación y actuar y dar razones a partir de tales normas." Aquí algunas de las bases del discurso de la razonabilidad: la democracia, el debate público. Nosotros hablamos de razonabilidad ya no solamente para el debate público ni para lograr un consenso entre cruzado -en términos rawlseanos- que nos dé resultados para llegar y estipular algún principio de justicia que pueda regir a la sociedad. Nosotros hablamos de razonabilidad, a causa de que en los distintos discursos que hay en la vida cotidiana, en ocasiones las personas se niegan a aceptar la pluralidad. Pongamos un ejemplo: en la academia la mayoría quiere hablar de sus gustos. Me explico, en la facultad donde estudio -la FFyL, UNAM- hay diversas 'corrientes' filosóficas, y cada 'corriente' tiene sus seguidores. Hay quienes afirman que sin Metafísica la Filosofía se derrumba, hay quienes no le encuentran tanta importancia a los problemas Metafísicos. Hay quienes de la poesía quieren encontrar rasgos filosóficos, hay quienes en el discurso filosófico te piden ser directo y no hacer uso de metáforas, eso hay que dejarlo para la poesía, y como es dicho -o fue dicho- por los griegos, el poeta no tiene compromiso con la 'verdad', el filósofo sí. En fin, hay diversos ejemplos, yo no diré de quién soy partidario, lo que sí diré, es que hay que ser razonable frente a situaciones así, a simple vista parece una discusión meramente 'intelectual' o incluso como dicen 'una payasada', sea lo que sea, en ocasiones mis colegas -estudiantes-, se mofan de quien habla de 'x' tema, sin siquiera prestar atención a sus razones. Lo más lamentable, son estudiantes de Filosofía, donde el sentido crítico debe ser razonable, no solamente racional -en tanto que contenido, no estructura del argumento-. Reírse del otro sin escuchar razones y solamente porque habla de un tema que "a mí no me gusta" abre la puerta al odio. Para ser virtuosos hay que practicar, y se defiende que la razonabilidad es una virtud, por tanto hay que practicar e intentar escuchar al otro, el autor de este artículo cree que no tiene sentido estipular un estudio sin antes ser razonable, este mismo autor sabe que es susceptible de críticas, la norma de tales críticas serán las buenas razones, si 'x' prefiere que no escuchen sus ideas y se le impongan las cosas, debe haber razones detrás y con gusto se le escuchará, pero la medida de lo razonable, es lo que los otros también podrían aceptar, y el autor del artículo duda que todos acepten la imposición. Por más distintos que seamos, hay cosas que tenemos en común, como querer que no se atente contra nuestra persona, evitar la violencia, etc. Para terminar este breve esbozo de la razonabilidad, cito a M. Oliveira nuevamente:
"La razonabilidad (...) es una forma de actuar que rechaza la humillación, la violencia y que construye un <nosotros> de diversos que entiende que los <otros> no son aquellos que piensa, creen, sienten, comen, aman, que viven distinto. Los <otros> son los <irrazonables>, aquellos que se niegan a cooperar -ser parte del <nosotros>- y creen que su verdad, la Verdad, es universal e irrefutable. Ese es el camino de las espadas, de la guerra entre religiones y culturas, es la negación de la libertad."
M. Téllez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario