A pesar de que soy menor de edad, conseguí alcohol dentro de la fiesta. Esto es fácil. Y ahora sólo bebo, como veo que todos lo hacen: sólo es tomar.
Me gusta el ambiente con mis amigos, son la onda. Quiero seguir tomando, que vean los demás que aguanto. También me acuerdo que estás conmigo: mi nena.
Me besas, yo sigo tomando. Sujetas mi mano, pero yo me río de los chistes de mis cuates. Me susurras algo al oído, pero en ese segundo le presté atención a la canción del sonido. Sólo te sonrío con mi trago en mano, te doy un beso para controlar la situación.
Ya no sé si es el alcohol o qué ocurre: jamás me pasa por la mente que soy imbécil, que soy joven, que no estoy ni sé todavía del ritual de beber. Es probable que termine como el 90% de consumidores de alcohol: tirado, dormido, vomitado, sin haber tenido alguna revelación o algún orgasmo que crea intelectual por mi mareo.
Pero no me importa: me gustó y lo volveré a hacer.
M. Téllez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario