Día de la Mujer
Hoy es el Día Internacional de la Mujer y regalan flores en los restaurantes. Hoy todos quieren mucho a sus
madres y publican felicitaciones a hermanas y amigas en redes sociales. Hoy
todos decimos que luchamos por la igualdad de género y la solidaridad en la
especie humana. Hoy todos agradecemos por tener vida y por estar aquí y ahora
mismo siendo o estando con alguna mujer.
Hoy parece, como todos los días que marca el calendario como fecha especial, que todo funciona de maravilla y reconocemos la riqueza en la diversidad.
Hoy parece, como todos los días que marca el calendario como fecha especial, que todo funciona de maravilla y reconocemos la riqueza en la diversidad.
Las instituciones se jactan de
tratar de igual forma a hombres que a mujeres,
hoy. Vemos felicitaciones por parte del Estado en la televisión y
ceremonias en las que participa el presidente para que la gente lo odie menos,
se toma fotos con mujeres que no le importan y siendo sinceros, tampoco a nosotros
porque no las conocemos —y no me vengan a sermonear con el argumento de la
Otredad y sintiéndose los salvadores de la era:
si ni siquiera ayudar a su respectiva madre a recoger un plato de la
mesa, ¿cómo ayudarán a la persona que es atacada en la vía pública o a la que
se cayó cuando el camión arrancó violentamente?—.
Parece necesario en nuestra
sociedad, que nos recuerden que los otros también son valiosos y, supongo que
es por esto, que se inventan todos estos días para festejarnos unos a otros (no
olvidemos a la mercadotecnia). Y entonces, hoy están llenos los restaurantes y
los puestos de flores. Claro, que hay dos bandos: los que se suman a la
celebración y los que se quejan de los días como este. Estos últimos,
idealmente, lucharían por eliminar todos los días que muestran exclusión hacia
otros grupos, sin embargo, esto raramente ocurre y se la pasan preguntando: “¿Y
el día de x, ¿cuándo se celebra?”, “¿Por
qué se celebra a ellas y no a nosotros?”
Hace un rato, cuando entré a
Facebook, vi un estado preguntando eso y despertó mi curiosidad, entonces, fui
a googlear cuándo se festejaba el día del hombre y para mi sorpresa, sí existe.
Tristemente. Entonces, naturalmente, comenté la publicación haciendo partícipe
de esto al de la duda.
Me sumo a la opinión que
pronunció mi profesor de Ética el año pasado con respecto a esta celebración,
que más o menos decía así: “No hay nada que celebrar. Celebraremos cuando ya no
sea necesaria la creación de ninguna fecha especial y se haya alcanzado
realmente la igualdad.” Celebraremos cuando, siguiendo a Margalit (que a su
vez, seguía a Rawls), consigamos vivir por lo menos, no en una sociedad
civilizada: existe una preocupación por la microética, es decir que los
miembros de la sociedad no se humillan entre sí (esto sería perfecto pero
parece ahora inalcanzable), sino vivir en una sociedad decente, esto es vivir
en una sociedad que no humille a sus ciudadanos, es decir, que las
instituciones respetan a cada uno de los integrantes del círculo social. Esta
sería una sociedad no excluyente sino incluyente y con una preocupación por la
macroética y en ella se eliminaría la humillación antes de promover el respeto,
atendiendo esto a la urgencia que existe por erradicar los males.
Ixchelt Hernández
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