sábado, 8 de marzo de 2014

Día de la Mujer

Día de la Mujer

Hoy es el Día Internacional de la Mujer y regalan flores en los restaurantes. Hoy todos quieren mucho a sus madres y publican felicitaciones a hermanas y amigas en redes sociales. Hoy todos decimos que luchamos por la igualdad de género y la solidaridad en la especie humana. Hoy todos agradecemos por tener vida y por estar aquí y ahora mismo siendo o estando con alguna mujer.
Hoy parece, como todos los días que marca el calendario como fecha especial, que todo funciona de maravilla y reconocemos la riqueza en la diversidad.
Las instituciones se jactan de tratar de igual forma a hombres que a mujeres,  hoy. Vemos felicitaciones por parte del Estado en la televisión y ceremonias en las que participa el presidente para que la gente lo odie menos, se toma fotos con mujeres que no le importan y siendo sinceros, tampoco a nosotros porque no las conocemos —y no me vengan a sermonear con el argumento de la Otredad y sintiéndose los salvadores de la era:  si ni siquiera ayudar a su respectiva madre a recoger un plato de la mesa, ¿cómo ayudarán a la persona que es atacada en la vía pública o a la que se cayó cuando el camión arrancó violentamente?—.
Parece necesario en nuestra sociedad, que nos recuerden que los otros también son valiosos y, supongo que es por esto, que se inventan todos estos días para festejarnos unos a otros (no olvidemos a la mercadotecnia). Y entonces, hoy están llenos los restaurantes y los puestos de flores. Claro, que hay dos bandos: los que se suman a la celebración y los que se quejan de los días como este. Estos últimos, idealmente, lucharían por eliminar todos los días que muestran exclusión hacia otros grupos, sin embargo, esto raramente ocurre y se la pasan preguntando: “¿Y el día de x, ¿cuándo se celebra?”, “¿Por qué se celebra a ellas y no a nosotros?”
Hace un rato, cuando entré a Facebook, vi un estado preguntando eso y despertó mi curiosidad, entonces, fui a googlear cuándo se festejaba el día del hombre y para mi sorpresa, sí existe. Tristemente. Entonces, naturalmente, comenté la publicación haciendo partícipe de esto al de la duda.

Me sumo a la opinión que pronunció mi profesor de Ética el año pasado con respecto a esta celebración, que más o menos decía así: “No hay nada que celebrar. Celebraremos cuando ya no sea necesaria la creación de ninguna fecha especial y se haya alcanzado realmente la igualdad.” Celebraremos cuando, siguiendo a Margalit (que a su vez, seguía a Rawls), consigamos vivir por lo menos, no en una sociedad civilizada: existe una preocupación por la microética, es decir que los miembros de la sociedad no se humillan entre sí (esto sería perfecto pero parece ahora inalcanzable), sino vivir en una sociedad decente, esto es vivir en una sociedad que no humille a sus ciudadanos, es decir, que las instituciones respetan a cada uno de los integrantes del círculo social. Esta sería una sociedad no excluyente sino incluyente y con una preocupación por la macroética y en ella se eliminaría la humillación antes de promover el respeto, atendiendo esto a la urgencia que existe por erradicar los males.

Ixchelt Hernández

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