viernes, 7 de marzo de 2014

Sí.

A cada segundo miles de vidas se encienden, al siguiente, otras miles se extinguen
¿Qué sentido tiene este interminable carrusel de nacimientos y muertes?
Todo ser que amo y también que no amo, por el simple hecho de tener vida está condenado a morir. No es justo dar un regalo para luego quitarlo.
Todo esfuerzo, toda acción  se ve turbada por la promesa de la muerte y ya no sé si es promesa o  amenaza, de cualquier forma nadie escapa.
Aquí estoy, sigo vivo, dispensable y sin significado, un milagro quizás desperdiciado. Vago por el mundo con el cruel recordatorio de que todo aquello que un día amé se disolverá junto conmigo en la nada. Es la gran impotencia, mi único consuelo es que la eternidad dura lo que el sueño de una noche.
Vivir en un mundo violento, confuso y obsceno donde el volumen del televisor es proporcional a la soledad de cada quien, donde el alcohol y otras drogas duras logran mitigar el dolor, censurar la sensibilidad e incitar a la carcajada, me hace pensar en lo importante que es reír, pues si uno no ríe la vida se vuelve trágica.
Me gustaría curarme y sonreír, pero estoy infectado con el virus de la inquietud, ese dolor insensible aunque inextirpable.
¡Pero basta ya de tonterías!
¿Qué no acaso al preguntarnos por la muerte, irremediablemente terminamos haciéndolo por la vida?
¿Qué hay de esos momentos brevísimos, llenos de dicha que justifican la existencia, opacan a la mismísima muerte y hacen que todo sufrimiento, dolor y desesperanza resulten baratos?
Tu y yo hemos estado allí y hemos visto que una golondrina sí hace un verano.
No nos apresuremos en afirmar: “La vida no vale nada”. Sigamos rastreando esos momentos, son migajas que indican el camino a casa y seamos testimonio de cómo lo único que calma una infinita inquietud, es una búsqueda infinita.
No temamos a lo desconocido, ni siquiera al miedo mismo, ya no puede lastimarnos más y afirmemos la vida con un rotundo Sí.
Un Sí a lo que fue
Un Sí a lo que es
Un Sí a lo que será
Pues al final lo verdaderamente escalofriante es encontrarnos con que somos, que estamos y que vivimos.


M.J.R.M.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario