viernes, 7 de marzo de 2014

Tiempos aproximados.

Cuarto, media, cuarto para. La hora en punto. El mexicano vive de rebanadas de tiempo. Para él la hora con 21, 37, 52 minutos no existe. 
¿Por qué en países como Alemania y Japón el tren urbano pasa regularmente en tiempos establecidos? El mexicano dice querer eso en el metro, pero la verdad es que no lo quiere tanto. No le gusta vivir en tiempos exactos: quedar en reunirse con alguien a determinada hora le parece superficial. Se disculpará de llegar tarde, pero en realidad no le importa.
¿Será que el clima cálido le induce a la vida vivaracha y el tiempo exacto es algo propio de la gente de climas fríos? ¿Es que ha anticipado las teorías de la relatividad y le gusta vivir acorde a la realidad física? El tiempo es relativo, y el mexicano lo sabe.

He pensado en esto después de tener una pesadilla. Mi mente no cedía al sueño e imaginé una escena común. Ya saben, pensamientos de las cinco de la mañana. En una esquina que recorría regularmente en mis tiempos escolapios en mi ciudad natal, imaginaba que un señor me preguntaba la hora. “Son las dos y cuarto”, respondía en mi elucubración. Dos y cuarto. Probablemente eran las 2:32, pero no importaba. El momento exacto no importa, sino solamente el dar la información pertinente para que la persona interesada calcule más o menos cuánto tiempo le tomará llegar a donde tiene que llegar.
Claro que esto no aplica para las personas con múltiples ocupaciones e incluso para los estudiantes universitarios. Si el profesor comienza su clase a las 6:00, importan los minutos. A lo que me refiero, es que en México el tiempo exacto parece estar institucionalizado. Sólo es realmente importante cuando se tiene que responder a alguien más, hablando de una autoridad. Pero pensando en el mexicano común, en realidad el tiempo exacto no parece tan importante. Incluso el estudiante universitario, en vacaciones o días de ocio, no responde a los tiempos exactos. Quizá al llegar tarde estamos haciendo perder a la otra persona su tiempo, que podría haber utilizado para conocer a alguien, comer palomitas, ver una peli o masturbarse. Eso es lo que menos importa. Hacerle perder el tiempo a alguien común, que vemos a nuestro mismo nivel, que no es autoridad, no tiene nada de grave.
Quizá el tema es irrelevante, pero ¿no será que tiene relación con la mediocridad en la que está sumido el país? No hablemos de gobernantes o élites: la mayor parte de los mexicanos alimentan esa mediocridad. Y no puedo escribir en términos científicos esta relación, pero hay que recordar que time is money. Algo me dice que la falta de conciencia exacta del tiempo generalizada en nuestra cultura subyace una cuestión mayor.


Valencia.

3 comentarios:

  1. Querida persona Valencia:
    Que interesantes son los pensamientos que compartes, supongo que el tiempo para un mexicano, subyace en parámetros diferentes, creo que son pocas las personas que son realmente puntales, tal ves sean excusas que nosotros mismos hemos ya desarrollado a través de todos los años, como por ejemplo que el transporte (como lo mencionas) no es regular, y eso hace que tengamos que suponer el tiempo que puede tardar en pasar un camión, pesero, metro, puma, burro, etc. Tal ves el que a nadie le importe la puntualidad sea ya un estado social, el pensamiento de que nuestro tiempo podemos gastarlo como queramos, sin embargo, no pensamos en el tiempo de los demás.

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  2. Querida persona Valencia:
    Que interesantes son los pensamientos que compartes, supongo que el tiempo para un mexicano, subyace en parámetros diferentes, creo que son pocas las personas que son realmente puntales, tal ves sean excusas que nosotros mismos hemos ya desarrollado a través de todos los años, como por ejemplo que el transporte (como lo mencionas) no es regular, y eso hace que tengamos que suponer el tiempo que puede tardar en pasar un camión, pesero, metro, puma, burro, etc. Tal ves el que a nadie le importe la puntualidad sea ya un estado social, el pensamiento de que nuestro tiempo podemos gastarlo como queramos, sin embargo, no pensamos en el tiempo de los demás.

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  3. Me recordo una clase en tiempos de la prepa. Siempre he sido puntual, me molestan los tiempos manejados en México, ahora que lo dices tal vez sea la sangre que influya ya que por mi sangre vivo y a veces me "des-vivo" por los tiempos exactos.

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