1.- Estructura.
Una de las
características fundamentales del hombre, es su capacidad de producir sus
propios medios de vida[1],
ésta capacidad lleva al hombre a establecer ciertas relaciones sociales que no
busca conscientemente, pero que son necesarias para su supervivencia. La
estructura está basada en estas relaciones sociales, que son relaciones de
producción por un lado y fuerzas productivas por el otro.
Las relaciones de
producción son aquellas relaciones que se organizan para producir la sociedad,
es decir ponen el acento en el “cómo” estamos organizados para producir lo que
se come, lo que se viste, lo que se bebe, etc.
Por su parte, las
fuerzas productivas son aquellas que reflejan la capacidad de una sociedad para
producir lo que se come, lo que se viste, lo que se bebe etc. y están sujetas
en primer lugar a la disponibilidad de los recursos naturales con los que
cuenta una sociedad, en segundo a la tecnología (el conjunto de saberes y
conocimientos materializados en herramientas de trabajo) y en tercer lugar a la
disponibilidad de mano de obra, es decir de las personas que van a emplear las
herramientas para explotar los recursos naturales de los que dispone una
sociedad.
La relación que se da
entre las fuerzas de trabajo y las relaciones de producción, es el cimiento al
cual se le llama estructura económica de la sociedad y es la base real sobre la
cual se puede levantar una superestructura jurídica y política[2].
2.-Superestructura:
Sobre la estructura
económica de una sociedad, se levanta una superestructura conformada por
elementos jurídicos y políticos a los que corresponde cierta forma de conciencia
social, Marx llega a la conclusión de que las relaciones jurídicas y las formas
de Estado no se explican a partir de sí mismas ni de la evolución constante del
espíritu humano como afirmaba Hegel, sino al contrario en las condiciones
materiales de cada sociedad[3]. No
es la conciencia del hombre la que determina su ser sino el ser social (las
relaciones sociales) son las que determinan su conciencia. “El modo de
producción de vida material condiciona el proceso de la vida social, política y
espiritual en general.”[4] La
conciencia de los hombres se explica pues, por el conflicto existente entre las
fuerzas productivas y las relaciones de producción. Los modos de producción
cambian las relaciones sociales. Es decir, la estructura condiciona a la
superestructura.
3.- ¿Qué relación hay
entre la estructura y la superestructura?
En conclusión, podemos
decir que la estructura condiciona a la superestructura, que la primera fija
los límites materiales de lo posible para una sociedad, sin embargo no
determina el contenido de la segunda. Cada cambio que sufre la estructura,
modificará más o menos rápido a la superestructura erigida sobre ella, esto
sucede porque las relaciones de producción, es decir la formación social,
favorece a las fuerzas productivas y las impulsa a desarrollarse, no obstante
en un segundo momento, ambas entran en contradicción y las relaciones
productivas empiezan a estorbar a las fuerzas de producción hasta que la
relación entre ambas revienta y surgen nuevas relaciones de producción que
impulsan nuevamente a las fuerzas productivas[5].
Así pues un modo de producción no desaparece hasta que no haya desarrollado
todas sus fuerzas productivas, ni aparece un nuevo modelo de producción antes
de que sus condiciones ya se estén por lo menos gestando en la sociedad.[6]
M.J.R.M.
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