viernes, 31 de enero de 2014

Somos animales. Más violencia.

Más violencia

Hace tiempo que no intervenía en 'pleitos callejeros'. Hoy en el metro -línea 3- un chavo -como de 29 años, quizá- golpeó a un señor -como de 58 años, quizá-. No sé lo que de hecho ocurrió -es decir, porqué empezó el pleito-, estaba escuchando mi música, con audífonos, claro. A pesar de que iba con mi sordera moderna, sí escuché que de repente dos personas se empezaban a insultar, cuando volteo, el señor le da un puñetazo al chavo, los lentes que llevaba el chavo casi salen volando. El chavo inmediatamente soltó un cabezazo en la cara del señor. Luego del cabezazo, -el chavo- aventó un volado, es entonces cuando me metí. Tenía a mi lado al chavo. También se quiso meter una señora, creo, pero al ver que el chavo estaba enfurecido, se alejó. Yo seguí forcejeando con el chavo. Resulté sin heridas. Ni un rasguño. Solamente se me desacomodó un audífono. El right. Desde un tiempo he pensado que las definiciones de los filósofos sobre el hombre, no están erradas, sobre todo cuando lo consideran . Pienso que de hecho somos animales. Y es curioso cómo podemos distinguir -o al menos así distinto a las personas- a alguien que hace para alejarse de la similitud con las bestias. Pero de eso no hablaré aquí. El punto es que con esto que pasó -y otras anécdotas en donde igual he intervenido- me fue prácticamente evidente el instinto que tenemos ante el peligro. Quizás sea muy bobo decir que la causa por la cual se agredieron fue un peligro, es el metro, por todo se enojan, y la gente de por sí va de malas. Sólo debes verles las caras para notar que están jodidos. Estamos jodidos. A veces ellos más. En fin. Pero, decía sobre el instinto. En cuestión de segundos, pude ver cómo el chavo consultó con qué podía golpear a su agresor, las manos no las podía utilizar muy bien, tampoco las piernas. Entonces dió un cabezazo. Al señor no lo vi muy bien. Supongo que se dejó llevar por el coraje, alguien a esa edad que agrede está algo dañado, puedes fracturarle cualquier cosa. Son bastante débiles. Ya son ancianos. Y no negaré que hay ancianos muy fuertes, pero la condición de los huesos dice mucho. Y dentro de lo que dice es que ya no puede soportar una patada en el peroné o un puñetazo en la quijada.
  La gente fue inútil. Prácticamente fui el único que se metió. Y quizás haya quien piense que no tienes por qué meterte. Puede ser, pero esos entes al rato andarán lloriqueando cuando les ocurra algo y no tengan ayuda. Y no, no es karma, eso no existe. Es algo que pasa y punto.  
  A pesar de que algunos lo vean como una mala experiencia, creo que son experiencias que dejan mucho. Al menos si las piensas y las críticas. Y no solamente desde las creencias que uno posee, eso es pensar en el sentido más escueto que pueda haber. La gente debería entender que la indiferencia permite más injusticias. Meterte a un pleito ajeno -que te puede afectar- no es precisamente estar de metiche. Me pudieron haber golpeado por sus lloriqueos, aunque eso casi no me importó. La razón por la que me metí es porque me parece tan absurdo que las personas se golpeen ante ciertos factores pragmáticos. Escuché al chavo contar su versión. Según él, solamente fue el típico pleito de empujones, una mentada de madre y ya. Realmente yo no creo que un empujón y una mentada de madre sean causas fuertísimas para ir a los golpes. Pienso que puedes insultar también, o reírte del otro, alejarte, o bien, preguntarle qué es lo que quiere. Si no entiende de razones, y uno está en disposición, pues que haya golpes, pero que haya un diálogo anteriormente. Al menos eso me parecería más razonable, si es que se le puede llamar razonable. Lo ideal es que no hubiese violencia.    Ésta solamente fue una pelea, sé que a diario debe haber riñas, y la gente solamente es indiferente. Lo van a pensar -quizás- cuando a ellas les toque ser golpeadas y se sientan ofendidas porque nadie se metió, y solamente hicieron un huequito para que la pelea tuviera su espacio.
 
M. Téllez.

1 comentario:

  1. Sí, lo ideal es que no haya violencia. Lamentablemente la mayoría de las personas sólo se dejan llevar. No piensan en las consecuencias, ni siquiera en las que les afecte ellos directamente y eso ya es mucho. Por otra parte, la indiferencia es una gran desventaja, nos coloca en una situación de vulnerabilidad.

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