"Quería ser músico pero no tengo la habilidad de tocar la guitarra y mantener el equilibrio en el camión al mismo tiempo."
Hoy es 22 de noviembre y se celebra el Día de Santa Cecilia quien es reconocida como la patrona de los músicos por lo que también hoy se celebra el Día del Músico. Es por eso que me gustaría hablar sobre la profesión y labor de todos los músicos.
Como algunos sabrán una gran parte de mi vida está dedicada a la música, por eso en este día quiero hablar sobre algunas experiencias a las que me ha llevado la música y qué es lo que me han hecho pensar sobre el papel que tiene el músico hoy en día.
Quisiera comenzar diciendo que mi experiencia como músico profesional es muy corta, será de a penas dos años, sin embargo en este breve tiempo he notado que el papel del músico es sumamente importante para la sociedad. Recuerdo que cuando estaba estudiando música la vida profesional del músico se me aparecía demasiado bella, era pensar que estaba estudiando algo que me gustaba, que después podría ejercerlo como profesión o como una forma más de mi vida, que podría ofrecer algo que la gente buscaba en la música, ya sea escuchar, aprender, encontrar en refugio emocional y, además de eso, poder encontrar un ingreso económico.
Sin embargo cuando terminé mis estudios musicales no todo fue tan bello. Cuando sales de la escuela (y creo que esto sucede en cualquier carrera y profesión) te das cuenta que tu única labor era aprender, ser responsable con tareas, trabajos y ya, nunca te dicen que existe un gran mercado al cual te debes integrar por medio de la competencia, y en el caso del músico la competencia pocas veces tiene que ver con la musicalidad y el talento.
De las primeras cosas que recuerdo es que para poder tener un espacio en el marco profesional de la música tenías que estar 'bien posicionado', en otras palabras, tener alguno que otro recurso que te ayudara a ser reconocido ante otros músicos, ya sea el nombre de tu profesor, el de tu escuela, el número de los discos que has grabado, gente con quien has colaborado, etc, etc. Pero resulta que yo no contaba con ninguna de estas cosas que fuera suficiente para poder tener un espacio en el marco profesional de la música. Podría presentar mis credenciales, decir el nombre de mi maestro y de mi escuela, pero después venía la parte incómoda con preguntas como: ¿Y cuántas veces has grabado? ¿Con quién has tocado? ¿Dónde te has presentado?
Obviamente carecía de muchísima experiencia en escenarios, en estudios de grabación, en colaboraciones y los escenarios en los que había tocado no cumplían muchas expectativas, en otras palabras, aún estaba muy inmaduro para poder incorporarme a un ámbito profesional de la música. Esto me llevo a buscar proyectos donde pudiera incorporarme e ir ganando experiencia, en esta búsqueda es cuando me enfrenté a lo que es, para muchos, el primer paso de la profesionalización de un músico, que es tocar a cambio de nada.
Y es justo este tema el que quiero detenerme a analizar porque, como una vez lo noté, puede que no tenga experiencia y me encuentre en un proceso de formación, pero ¿en realidad el papel de un músico es tan distinto de cualquier otra profesión para que su proceso de formación sea tan intrincado?
Una de las primeras cosas que noté al adentrarme en este proceso era que pocas veces el trabajo de un músico será reconocido por aquellas personas externas a la música e incluso, algunas veces, por sus propios colegas.
Muchas veces te das cuenta que al estar frente a un escenario, que no sea el de tu escuela donde tus familiares y amigos te van a ver, te pone en situaciones incómodas y muchas veces no sabes ni siquiera cómo enfrentar esta situación, y no me refiero a que puedas tocar o no, ya que eso lo debes hacer de una u otra forma, a lo que me refiero es que muchas veces no sabes qué proceso se necesita para estar frente a un escenario donde las personas se reúnen para ver tu trabajo y que, además de eso, lo respeten y te paguen, porque, a fin de cuentas, el tocar frente a un público es tu trabajo y, como cualquier trabajo, debe ser respetado y bien pagado.
Entonces, ya cuando estaba dando aquellos 'primeros pasos' en el mundo profesional de la música me encontraba en situaciones a las cuales no sabía cómo enfrentarlas, no por cuestiones musicales, que es un tema aparte, sino por aquellas situaciones que nunca había pensado al estar inmerso en el mundo musical. Algunas de ellas eran: ¿Cómo puedo tocar en 'x' escenario?, ¿Con quién voy a tocar?, ¿Cómo puedo hacer que la gente me contrate?¿Me van a pagar?, ¿Debo cobrar?, ¿Cuánto cobro?, ¿Por qué la gente pide ese repertorio?
Te encuentras en una situación donde la música queda en segundo plano, al momento de estar en el mundo profesional de la música nadie te dice que, antes de poder entrar a trabajar, además de tener un nivel como músico, también debes de conocer cómo y cuál es el mercado de la música. Exacto, la música, como cualquier otro producto, tiene un mercado específico el cual se puede dividir por géneros y hasta por instrumentistas.
Te das cuenta que no es lo mismo, profesionalmente, tocar en un grupo de rock, que en una orquesta, que en un trío o en un grupo versátil. Cada uno de estos ensambles tiene público distinto y, por lo tanto, tiene mercados distintos que deberá conocer el instrumentista. Por eso también cada músico debe conocer en qué mercado puede entrar o no, porque no es lo mismo, dentro del mercado musical, ser saxofonista que ser violinista o guitarrista. Cada uno de ellos tiene distintas posibilidades para ejercer su profesión, el saxofonista fácilmente encontrará un lugar en algún ensamble de jazz, el violinista en una orquesta y el guitarrista en algún grupo más versátil desde el rock hasta acompañando a un cantante.
Ahora, todo esto tuve que aprenderlo al momento de estar arriba del escenario, te das cuenta que como músico estas ofreciendo tus servicios y tus clientes, que siempre será el público, te exigirán lo más que puedan. Pero, lamentablemente, muy pocas veces las exigencias de tu cliente encontrarán afinidad con las tuyas. Muchas veces sucede que como músico uno se propone hacer lo mejor que sabe, que es tocar e interpretar, pero tu cliente lo único que quiere es tener a alguien que amenice sus eventos, que esté de fondo en algún evento, incluso muchas veces tomas el papel de 'adorno' para que el clienta pueda lucirlo en su evento con sus pares, esto sucede en todos los géneros y tipos de ensamble que existen, desde orquestas hasta grupos de música versátil. Y estando en este punto llega el momento en el cual te preguntas ¿esto es hacer música? ¿me hacen caso? ¿qué estoy haciendo?
Llega el momento en el cual te preguntas si la labor de un músico es solo tocar para sus clientes de la forma que sea y como ellos lo pidan. Cuando noté esto realmente me desanimé, estaba en una situación que poco tenía que ver con lo que imaginé alguna vez que era la vida profesional de un músico.
Fue entonces cuando pensé que el papel del músico en la sociedad no podría ser el de un adorno o un producto que pudiera ser consumido de manera idéntica a cualquier otro en el mercado. Pero las cosas a las cuales me enfrentaba cada vez me hacían pensar lo contrario. Notaba que además de la poca importancia que el público ponía a la música y a los músicos, el respeto y reconocimiento que se le daba a ellos era muy deplorable.
Sobra decir que el papel del músico en México es conocido por tener muy pocas ganancias económicas!exacto¡ en México es uno de los trabajos peores pagados, pero no estoy hablando de casos donde la cantidad de dinero que se le ofrece a un músico por sus servicios sea ridícula, sino que muchas veces se le exige al músico que termine pagando los gastos por presentarse.
Con las ideas absurdas de que: «un músico hace algo que le gusta, es fácil lo que hace y que es algo que cualquiera puede hacer», a las personas se les hace fácil exigirle a un músico que toque gratis, a cambio de una comida o con un sueldo miserable, a fin de cuentas “le gusta y nada más toca su instrumento”. Y es que parece que el hecho de que un músico disfrute de su trabajo lo hace objeto de exigencias tan absurdas como trabajar gratis.
Así es como noté que el papel que tiene un músico pareciera ser el de una simple rockola que está a disposición de los caprichos de los clientes y que, además, puede hacer su trabajo gratis o a un bajo costo. Ante horrorosa escena no podía quedarme de brazos cruzados esperando adaptarme a este tipo de trabajo profesional de un músico. Y es que por más que pensara y buscara algo en lo cual pudiera encontrar o aparejar la idea que tenía de la labor de un músico, encontraba que hasta las orquestas, que pueden tener mayor libertad musical, siempre estaban a disposición del cliente, se toca lo que pidan y ya, pocas veces se puede dar un repertorio que pueda explotar las habilidades musicales de la orquesta (aunque sé que podría encontrar opiniones distintas de mis colegas que trabajan en orquesta).
Sin embargo, ante este situación en la cual me encontraba pude entender que muchas veces, aunque el músico pueda tener todas las habilidades musicales necesarias y la mejor intensión de hacer música, el cliente será quien tendrá la última palabra. Pero creo que es aquí cuando el músico debe tomar “al toro por los cuernos” y mostrar que no es una simple rockola,debe mostrar que el papel que juega en la sociedad es mucho más importante que el de tocar, adornar eventos y cobrar medianamente bien.
Creo que el músico debe hacer notar, como profesional que vende sus servicios, que su labor es algo más personal y, me atrevo a llamar, intersubjetivo. Creo que debe tirar aquellos prejuicios del público que ven en el músico alguien que cumplirá sus caprichos, y debe hacer crecer la idea de que un músico trabaja con lo que muy pocas profesiones lo hacen, que es con la proyección de emociones, con el sentir a través de la música. Un músico lo puede tener claro, sabe que alguna pieza puede exigirle una interpretación muy emocional, muy fuerte, y eso es lo que debe proyectar al público. Pero para eso el público debe estar dispuesto a ver en el músico alguien que podrá proyectar emociones desde su instrumento y que, por lo tanto, también exigirá de él la comprensión y conexión necesaria para hacer que el trabajo del músico esté completo.
Por último puedo decir que, con todas aquellas cosas a las que me he enfrentado como músico dentro del marco profesional, no debemos espantarnos o negar el lado meramente comercial de la música porque, para bien o para mal, así es, no podemos cambiarlo y poco depende de los músicos hacerlo. Pero podemos hacer una labor más personal con nuestro público y hacerles ver que nosotros no ofrecemos ni vendemos un catálogo de música que pueden pedir a diestra y siniestra, sino que nosotros ofrecemos hacerle sentir, entender, experimentar y vivir por medio de nuestro trabajo, tal vez no sea lo que buscan, pero es lo que un músico debe hacer y es lo que la música, sobretodo, hace por si sola.
Leonardo Ponce
Leonardo Ponce
¡Bravo!
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